Discurso
del Papa Francisco
Audiencia con los
participantes de La 1ª Asamblea General de Talitha Kum
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El
Papa Francisco agradeció a las promotoras de Talitha Kum su labor,
que constituye un ejemplo para toda la Iglesia y que favorece la colaboración
entre las congregaciones, a las que definió como “‘vanguardias’ de la acción
misionera de la Iglesia contra el flagelo de la trata de personas” .
En
la mañana de hoy, 26 de septiembre de 2019, el Santo Padre ha recibido en
audiencia a los participantes de la I Asamblea General de Talitha Kum – Red
Mundial de Vida Consagrada contra la Trata, en curso en Roma
del 21 al 27 de septiembre.
Promovida
por la Organización internacional de Superioras Generales de Congregaciones
Religiosas (UISG), Talitha Kum nació en el año 2009 con el objetivo de
coordinar y fortalecer las actividades contra la trata promovidas por las
consagradas en todo el mundo. Está presente en 92 países con 44 redes
nacionales en los 5 continentes: 9 en África, 11 en Asia, 15 en América, 7 en
Europa y 2 en Oceanía.
Prioridades misioneras
Repasando
el objetivo principal de esta primera asamblea, que es evaluar la trayectoria
recorrida e identificar las prioridades misioneras de los próximos cinco años,
Francisco se refirió a las dos cuestiones principales relacionados con la trata
de seres humanos: “Por un lado, las grandes diferencias que todavía marcan la
condición de la mujer en el mundo, derivadas principalmente de factores
socioculturales. Por otro lado, los límites del modelo de desarrollo
neoliberal, que con su visión individualista corre el riesgo de privar de
responsabilidad al Estado”.
El
Papa definió estos temas “como desafíos complejos y urgentes, que requieren
respuestas adecuadas y eficaces” y apreció el trabajo de planificación en esta
asamblea para ofrecer soluciones en las Iglesias locales.
Orientaciones pastorales
Al
mismo tiempo, el Pontífice subrayó que estos no son los únicos desafíos frente
al problema del tráfico de personas y remitió a las “Orientaciones pastorales
sobre la trata de personas” elaboradas por la Sección de Migrantes y Refugiados
del Dicasterio, “un documento que explica la complejidad de los desafíos
actuales y ofrece indicaciones claras para todos los agentes pastorales que
deseen comprometerse en este ámbito”.
Después,
renovó su aliento a todos los institutos femeninos de vida consagrada “que han
dispuesto y sostenido el compromiso de sus monjas en la lucha contra la trata y
en la asistencia a las víctimas” e invitó a continuar con su compromiso.
También hizo un llamamiento a otras congregaciones religiosas, tanto masculinas
como femeninas para que se impliquen en esta “obra misionera”.
Compromiso de las
realidades eclesiásticas
Finalmente,
el Obispo de Roma manifestó que, ante los desafíos planteados, es necesario
promover un compromiso sinérgico por parte de las diversas realidades
eclesiales”. Así, aunque ordinariamente la responsabilidad pastoral se confía
fundamentalmente a las Iglesias locales y a los Ordinarios, “es deseable
también que estos últimos puedan participar en la planificación y en la acción
pastoral de las congregaciones religiosas femeninas y masculinas y de las
organizaciones católicas presentes en su territorio, a fin de que la obra de la
Iglesia sea más oportuna y eficaz”.
Y
concluyó afirmando que “en la lucha contra la trata, las congregaciones
religiosas están llevando a cabo de manera ejemplar su tarea de animación
carismática de las Iglesias locales. Vuestras reflexiones e iniciativas
pastorales han allanado el camino para una respuesta eclesial urgente y eficaz.
Sin embargo, quiero reiterar que ‘El camino de la vida consagrada, tanto
masculina como femenina, es el camino de la inserción eclesial’ (…). “Fuera de
la Iglesia – de esta Iglesia- y en paralelo con la Iglesia local, las cosas no
funcionan”.
A
continuación se expone el discurso completo del Papa Francisco.
***
Discurso del Santo Padre
Me
alegra recibiros hoy con ocasión de vuestra primera Asamblea General. Doy las
gracias a Sor Kafka y Sor Bottani por su presentación. Talitha Kum nació
en 2001 de una intuición misionera de la Unión Internacional de las Superioras
Generales, y hoy se presenta como una red mundial que coordina los esfuerzos de
los institutos de vida consagrada comprometidos en la lucha contra la trata de
personas. En apenas diez años ha logrado coordinar 52 redes de religiosas
presentes en más de 90 países de todos los continentes. Las cifras de vuestro
servicio hablan por sí solas: dos mil operadores, más de quince mil víctimas de
la trata asistidas y más de doscientas mil personas a las que se llega a través
de actividades de prevención y de sensibilización.
Os
felicito por la importante labor que estáis realizando en este ámbito tan
complejo y tan dramático. Una labor que une la misión y la colaboración entre
los institutos. Habéis elegido estar en primera línea. Por eso, merecen
gratitud las numerosas congregaciones que han trabajado y trabajan como
“vanguardias” de la acción misionera de la Iglesia contra el flagelo de la
trata de personas (cf. Discurso a los participantes en la Conferencia sobre la
Trata de Personas, 11 de abril de 2019). Y también trabajar juntos: es un
ejemplo. Es un ejemplo para toda la Iglesia, también para nosotros: hombres,
sacerdotes, obispos…Es un ejemplo ¡Seguid así!
Esta
primera asamblea vuestra tiene como objetivo principal la evaluación del camino
recorrido y la identificación de las prioridades misioneras para los próximos
cinco años. En las distintas sesiones de trabajo habéis decidido centraros en
dos cuestiones principales relacionadas con el fenómeno de la trata de seres
humanos. Por un lado, las grandes diferencias que todavía marcan la condición
de la mujer en el mundo, derivadas principalmente de factores socioculturales.
Por otro lado, los límites del modelo de desarrollo neoliberal, que con su
visión individualista corre el riesgo de privar de responsabilidad al Estado.
Se trata, indudablemente, de desafíos complejos y urgentes, que requieren
respuestas adecuadas y eficaces. Sé que en vuestra asamblea os habéis
comprometido a identificar propuestas de soluciones, destacando los recursos
necesarios para ponerlas en práctica. Aprecio este trabajo de planificación
pastoral con vistas a proporcionar una asistencia más cualificada y provechosa
a las Iglesias locales.
Aunque
importantes, estos no son los únicos desafíos a los que nos enfrentamos. La
Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral ha publicado recientemente las “Orientaciones
pastorales sobre la trata de personas”, un documento que explica la complejidad
de los desafíos actuales y ofrece indicaciones claras para todos los agentes
pastorales que deseen comprometerse en este ámbito.
Quiero
renovar mi aliento a todos los institutos femeninos de vida consagrada que han
dispuesto y sostenido el compromiso de sus monjas en la lucha contra la trata y
en la asistencia a las víctimas. A la vez que os invito a dar continuidad a
este compromiso, hago un llamamiento a otras congregaciones religiosas, tanto
masculinas como femeninas, para que se adhieran a esta obra misionera, poniendo
a disposición personal y recursos para que se pueda llegar a todos los
lugares. También espero que aumente el número de fundaciones y benefactores que
aseguren su apoyo generoso y desinteresado a vuestras actividades. Con respecto
a esta invitación a otras congregaciones religiosas, me refiero a los problemas
que muchas congregaciones tienen, y quizás algunas, tanto femeninas como
masculinas, podrán deciros: “Tenemos tantos problemas que resolver
internamente, que no podemos…”. Decidles que el Papa ha dicho que los problemas
“internos” se resuelven saliendo a la calle, así entra aire fresco.
Teniendo
en cuenta la magnitud de los desafíos que plantea la trata, es necesario
promover un compromiso sinérgico por parte de las diversas realidades
eclesiales. Si por una parte la responsabilidad pastoral se confía
esencialmente a las Iglesias locales y a los Ordinarios, es deseable también
que éstos últimos puedan participar en la planificación y en la acción pastoral
de las congregaciones religiosas femeninas y masculinas y de las organizaciones
católicas presentes en su territorio, a fin de que la obra de la Iglesia sea
más oportuna y eficaz.
En
la lucha contra la trata, las congregaciones religiosas están llevando a cabo
de manera ejemplar su tarea de animación carismática de las Iglesias locales.
Vuestras reflexiones e iniciativas pastorales han allanado el camino para una
respuesta eclesial urgente y eficaz. Sin embargo, quiero reiterar que “El
camino de la vida consagrada, tanto masculina como femenina, es el camino de la
inserción eclesial.” (Discurso entregado a la 21ª Asamblea Plenaria de la UISG,
10 de mayo de 2019). Es el camino que ha hecho Espíritu Santo: Él es el Autor
del “desorden” en la Iglesia, con tantos carismas, y al mismo tiempo es el
Autor de la armonía en la Iglesia. Un camino de riqueza. Y esto es estar en la
Iglesia, con los dones del Espíritu Santo: es la libertad del Espíritu. Y si
alguno de vosotros tiene alguna duda, tomad los Hechos de los Apóstoles y ved
qué creatividad tiene el Espíritu, cuando los creyentes tienen el valor de
salir de la Sinagoga, de salir fuera. Fuera de la Iglesia – de esta Iglesia- y
en paralelo con la Iglesia local, las cosas no funcionan
Queridas
hermanas, os bendigo y encomiendo a la Virgen María vuestros buenos propósitos
para el futuro y os aseguro mi recuerdo en la oración. Y vosotras también, no
os olvidéis de rezar por mí porque me hace falta. Y me permito un consejo
final. No terminéis nunca el día sin pensar en la mirada de una de las víctimas
que habéis conocido: será una hermosa oración. Gracias.
Larissa
I. López
©
Librería Editorial Vaticana
Fuente:
Zenit