Si la pureza es una lucha para ti y recientemente has caído
en desgracia, reza esta oración
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Vivir una vida pura y casta no siempre es fácil.
Incluso cuando tratamos de resistir ciertas tentaciones, nuestra fuerza de
voluntad a menudo no es suficiente y caemos.
Si bien es
fácil abandonar la lucha y abrazar nuestros pecados, la mejor respuesta es
clamar a Dios en arrepentimiento. Puede que tengas que hacer esto una o 99
veces antes de que tu corazón esté completamente abierto a la gracia de Dios.
De cualquier manera, reza esta oración de David, quien luchó con la pureza.
“Tenme piedad,
oh Dios,
según tu amor, por tu inmensa ternura borra
mi delito,
lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado
purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado
sin cesar está ante mí;
contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí.
Por que aparezca tu justicia cuando hablas
y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en culpa ya nací, pecador me
concibió mi madre.
Mas tú amas la verdad en lo íntimo del ser,
y en lo secreto me enseñas la sabiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio,
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la alegría,
exulten los huesos que machacaste tú”.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia






