En la Biblia “no hay ejemplos de ‘uniones’
legalmente reconocidas entre personas del mismo sexo”
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| Vista panorámica del Vaticano. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
“No hay ‘apertura’ a las uniones entre
personas del mismo sexo”, aclaró el secretario de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, el Arzobispo Giacomo Morandi, a las personas y medios que
especularon sobre una apertura de la Iglesia a estas uniones a raíz del libro
“¿Qué es el hombre?”, de la Pontificia Comisión Bíblica.
El
pasado lunes 16, la Librería Editorial Vaticana publicó el libro “¿Qué es el
hombre?” (“Che cosa è l’uomo?”), realizado por la Pontificia Comisión Bíblica,
que forma parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, como un
itinerario de antropología bíblica.
Sin
embargo, en los siguientes días varias personas y medios de comunicación
aseguraron que en este libro había una apertura a las uniones del mismo sexo.
Una
de estas personas fue el sacerdote jesuita James Martin, conocido por su apoyo
a las uniones homosexuales. En su cuenta de Twitter aseguró que “el nuevo
estudio del Vaticano sobre la Biblia analiza, entre otros temas, Sodoma (Gen
19) y Gabaa (Jueces 19). En ambos casos, dice el estudio, lo que se condena no
es ‘una transgresión sexual’, sino orgullo y agresión hacia un extraño o
extraños que necesitan ayuda”.
Sin embargo, en la entrevista a Mons.
Morandi, el secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe recordó que
en la Biblia “no hay ejemplos de ‘uniones’ legalmente reconocidas entre
personas del mismo sexo”. Por tanto, “no hay ‘apertura’ a las uniones entre
personas del mismo sexo, como afirman erróneamente algunas personas”, expresó
en una entrevista publicada este 20 de diciembre en Vatican News.
En la entrevista, difundida por la Oficina
de Prensa de la Santa Sede, Mons. Morandi explicó que el libro “¿Qué es el
hombre?” busca ser “una interpretación fiel de todas las Sagradas Escrituras
sobre el tema antropológico”, por lo que se basa en la narración del libro del
Génesis.
“El texto quiere favorecer una visión
global del proyecto divino sobre el hombre, que comenzó con el acto de la
creación y que se lleva a cabo con el tiempo, hasta que se cumple en Cristo, el
nuevo hombre, quien es la llave, el centro y el fin de toda la historia
humana”, señaló.
En ese sentido, alertó sobre el “enfoque
ideológico y parcial de la antropología” que se le ha querido dar a la
publicación, y citó el número 185 del documento que afirma que “la institución del matrimonio, constituida
por la relación estable entre marido y mujer, se presenta
constantemente como evidente y normativa a lo largo de la tradición bíblica”.
Sin embargo, “desde hace algún tiempo,
especialmente en la cultura occidental, se han expresado voces de desacuerdo
con respecto al enfoque antropológico de la Escritura, tal como es entendida y
transmitida por la Iglesia en sus aspectos normativos; todo esto se considera a
menudo como el simple reflejo de una mentalidad arcaica, históricamente
condicionada”.
“Sabemos que varias afirmaciones bíblicas,
en el campo cosmológico, biológico y sociológico, se han considerado obsoletas
con la afirmación progresiva de las ciencias naturales y humanas. En este
sentido, algunos afirman que una comprensión nueva y más adecuada de la persona
humana impondría una reserva radical sobre la exclusiva valorización de la unión
heterosexual, a favor de una aceptación análoga de la homosexualidad y de las
uniones homosexuales como una expresión legítima y digna de ser humana”,
describe Mons. Monrandi.
Otros, indicó, argumentan equivocadamente
que “la Biblia dice poco o nada sobre este tipo de relación y que por lo tanto
ya no debería considerarse ilegales desde el punto de vista moral”.
Sin embargo, reiteró, en la Biblia “no hay
ejemplos de ‘uniones’ legalmente reconocidas entre personas del mismo sexo” y “no hay ‘apertura’ a las uniones entre
personas del mismo sexo, como afirman erróneamente algunas
personas”.
¿La Iglesia se ‘abre’ al divorcio?
Sobre otras incorrectas interpretaciones
que sugieren que la Iglesia se “abre” al divorcio, Mons. Giacomo Morandi
recordó que “la enseñanza de la Iglesia, con el Código de Derecho Canónico, ya
concede a los cónyuges que están válidamente unidos por el sacramento del
matrimonio el derecho a
separarse en algunos casos particulares”, pero aclaró que “este
hecho nunca ha
significado ninguna legitimidad del divorcio, también porque un
sacramento del matrimonio válidamente contraído sigue siendo tal y nunca puede
ser cancelado por ningún otro acto”.
En cambio, explicó, es diferente cuando
existe la “hipótesis en la que el matrimonio se reconoce ‘nulo’ desde el
principio: este es el caso de los que se ocupan los procesos para la
declaración de la nulidad del matrimonio”.
“Sin embargo, a veces hay situaciones en
las que la convivencia entre cónyuges se vuelve prácticamente imposible por las
más diversas razones. En tales casos, la Iglesia admite la separación física de
los cónyuges y el fin de la convivencia”, describe el Prelado quien añadió que
“los cónyuges válidamente
unidos por el sacramento del matrimonio no dejan de ser marido y esposa ante
Dios y, por lo tanto, no son libres de contraer una nueva
unión”.
Por último, el secretario de la
Congregación para la Doctrina de la Fe señaló que “la comunidad cristiana está
llamada a ser cercana a estas personas y a ayudarlas a vivir cristianamente sus
situaciones” como lo explica el número 1649 del Catecismo de la Iglesia
Católica, por lo que “el documento de la Pontificia Comisión Bíblica se coloca
exactamente en esta línea y ciertamente no se ‘abre’ al divorcio, como algunos,
de manera distorsionada o instrumental, creen o quisieran”.
Fuente: ACI Prensa






