Hito
importante para su vocación fue la adoración eucarística
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John Paul Ginty en la década de 1990 cuando era ingeniero nuclear en un submarino
/ A la derecha ya ordenado sacerdote. Crédito: Arquidiócesis de Newark
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El
P. John Paul Ginty tiene una historia poco común: trabajó como analista
financiero en Wall Street en Nueva York, luego algunos años como abogado, fue
también ingeniero nuclear en un submarino y el domingo 21 junio fue ordenado
sacerdote en la Arquidiócesis de Newark (Estados Unidos).
El
P. Ginty tiene 55 años y aunque el Papa San Juan Pablo II sí influyó en su
vocación, no es la razón de su nombre porque “nací varios años antes de su
elección”.
Sin
embargo, “su muerte en 2005 me ayudó a leer más libros espirituales y a tomar
la oración más en serio para tratar de leer las Escrituras de modo regular. Sí
me ayudó mucho ciertamente. Con su partida quise ver más de la fe”, dijo el
recién ordenado sacerdote a ACI Prensa.
El
presbítero explicó que estudió finanzas, gobierno y administración pública en
la Universidad de Notre Dame, tras lo cual ingresó a la fuerza de submarinos de
Estados Unidos donde trabajó entre 1988 y 1993. “Entre las muchas funciones que
desempeñé estuvo la de ingeniero nuclear”, recordó.
Luego
estudió en la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago entre 1993 y
1995, tras lo cual tuvo trabajos como “analista financiero en la industria de
las finanzas, también en Wall Street”. Después estudió derecho entre 1999 y
2003, y trabajó como abogado en varios lugares hasta antes de entrar en el
seminario en 2013.
Además
de comenzar a leer libros espirituales y la Biblia tras la muerte del Papa San
Juan Pablo II, otro hito importante para su vocación fue la adoración
eucarística.
“En
mi parroquia en Richwood, Nueva Jersey, había adoración eucarística permanente
todos los días de la semana. Creo que fue en 2003 que me invitaron a participar
y yo hacía una hora de adoración una vez a la semana”, explicó a ACI Prensa.
“Eso
me ayudó mucho. Diría que la experiencia de la hora santa una vez por semana,
muy temprano de 4 a 5 de la mañana, que ciertamente no fue fácil, me ayudó a
escuchar la voz de Dios”, indicó.
En
el año 2013 y ya como parte del Camino Neocatecumenal, al que ingresó en 2008
tras la muerte de su padre, viajó a Tierra Santa y luego acompañó al sacerdote
peruano Israel Silva a una misión especial que lo ayudó a seguir creciendo en
su cercanía con Dios.
“En
julio fui a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (Brasil). Fui
para asistir a mi parroquia con 80 fieles. Estuve en un encuentro del Camino
Neocatecumenal y ahí, de alguna forma, el Espíritu Santo me ayudó a responder
al llamado, pese a que era mucho mayor que la mayoría de la gente allí. Tenía
48 años en ese momento”, relató.
El
P. John Paul Ginty comentó también que la adoración al Santísimo fue esencial
porque le ayudó a “preguntarle a Dios cuál es su voluntad para mi vida, ayuda
porque muchos no se hacen esa pregunta. Tomé muchas decisiones en mi vida sin
considerar eso. Lo que me ayudó luego fue la prédica en la Iglesia”.
A
los que piensan en la posibilidad de ser sacerdotes, el P. Ginty les dice que
“escuchen buenas y sólidas predicaciones de la enseñanza de la Iglesia y que
escuchen a Dios sobre su misión en la vida porque todos tenemos una. El
problema es que muchos no escuchamos o no queremos escuchar”.
Al
ser preguntado porqué decidió ser sacerdote pese a que la Iglesia tiene tantos
problemas, incluidos los escándalos de abuso sexual, el P. Ginty dijo que no es
algo que quiera hacer sino que “es un don que debo aceptar”.
“Esto
es necesario para mi salvación. Veo más claramente ahora que la verdad de la
vida aparece con el tiempo. Veo esto como una gran aventura que está a punto de
comenzar. Estoy muy agradecido y feliz por lo que Dios me ha dado en este
tiempo”, dijo.
“Es
cierto que la situación es muy difícil, también aquí en Estados Unidos, pero la
Iglesia es santa y aunque todos nosotros no somos santos estamos llamados a la
santidad juntos. Pese a los serios problemas espero poder contribuir a la
Iglesia con la unidad y la comunión”, indicó el sacerdote a ACI Prensa.
“Espero
ir a la parroquia que me sea asignada y compartir con la comunidad el
testimonio, también con otros que no comparten nuestra fe. Nuestra unión con Cristo
es nuestro signo”, continuó.
Finalmente,
el P. Ginty dijo que espera “ser fiel y no traicionar a la Iglesia ni a su
gente y así dejar a Jesucristo hacer su trabajo”.
Fuente:
ACI Prensa






