La Congregación para el Clero dio a conocer ayer la Instrucción “La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia”, promulgada el pasado 29 de junio
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| Celebración eucarística en una parroquia (C) Vatican Media |
Se
trata de un instrumento canónico-pastoral relativo a los diversos proyectos de
reforma de la comunidad parroquial y de las reestructuraciones diocesanas.
Pastoral de cercanía
El
documento no ofrece novedades legislativas, pero propone formas de aplicar
mejor la legislación vigente, a fin de fomentar la corresponsabilidad de los
bautizados, así como de promover una pastoral de cercanía y cooperación entre
las parroquias.
No
obstante, la Instrucción sí trata sobre la urgencia de una renovación
misionera, de una conversión pastoral de la parroquia, para que vuelva a
descubrir el dinamismo y la creatividad que comporta estar siempre “en salida”,
con la contribución de todos los bautizados.
Corresponsabilidad
Tal
y como informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede en un comunicado, el
documento “trata el tema de la pastoral de las comunidades parroquiales, de los
diferentes ministerios clericales y laicos, con el signo de una mayor
corresponsabilidad de todos los bautizados”.
El
texto recuerda, fundamentalmente, que “‘en la Iglesia hay lugar para todos y
cada uno puede encontrar su lugar’ en la única familia de Dios, respetando la
vocación de cada uno”.
Según
la nota, el Dicasterio para el Clero, a petición de diversos obispos, “ha
sentido la necesidad de elaborar un instrumento canónico-pastoral relativo a
los diversos proyectos de reforma de las comunidades parroquiales y de
reestructuración diocesana, ya en curso o en fase de planificación, con el
relativo tema de la unidad y de las zonas pastorales”.
Misión evangelizadora de
la Iglesia
Este
texto, pues, se propone “ponerse al servicio de algunas opciones pastorales, ya
iniciadas hace tiempo por los pastores y ‘experimentadas’ por el pueblo de
Dios, para contribuir a su evaluación y a la adecuación del derecho particular
con el derecho universal”.
En
esta perspectiva, continúa el comunicado “se destaca el papel del párroco como
‘pastor propio’ de la comunidad”, pero también “se valoriza y resalta el
servicio pastoral relacionado con la presencia en las comunidades de diáconos,
consagrados y laicos, llamados a participar activamente, según su vocación y
ministerio, en la única misión evangelizadora de la Iglesia”.
Estructura
Compuesta
por once capítulos, la Instrucción puede dividirse en dos áreas: la primera (capítulos
del 1 al 6) ofrece una amplia reflexión sobre la conversión pastoral, el
sentido misionero y el valor de la parroquia en el contexto contemporáneo.
La
segunda (capítulos del 7 al 11), por su parte, se ocupa de la distribución de
las comunidades parroquiales, los diferentes papeles que se desempeñan en ellas
y las modalidades de aplicación de las relativas normas.
“Casa en medio de las
casas”
En
la Instrucción se define que la parroquia “es una casa en medio de las casas”,
que, representada por el edificio de culto, “es signo de la presencia
permanente del Señor Resucitado en medio de su Pueblo”.
Igualmente,
el texto reconoce que, el territorio de una parroquia ya no es solo un espacio
geográficamente delimitado, un “’territorio existencial’ donde se juega por
completo el desafío de la Iglesia en medio de la comunidad”. Y es en él en el
que se enmarca la “plasticidad” de estas comunidades, pues “si no vive del
dinamismo espiritual propio de la evangelización, la parroquia corre el riesgo
de hacerse autorreferencial y de esclerotizarse, proponiendo experiencias
desprovistas de sabor evangélico y de impulso misionero, tal vez destinadas
solo a pequeños grupos”.
“Cultura del
encuentro”
En
este sentido, se describe que la comunidad parroquial es el contexto humano
donde realiza “la acción evangelizadora de la Iglesia, se celebran los
sacramentos y se vive la caridad, en un dinamismo misionero que – además de ser
un elemento intrínseco de la acción pastoral – llega a ser el criterio de
verificación de su autenticidad”.
Dentro
de ellas, la “cultura del encuentro” es el contexto que promueve el diálogo, la
solidaridad y la apertura a todos, resaltando “la centralidad de la persona”,
de manera que la parroquia sea un “lugar” que favorezca el “estar juntos» y el
“arte de la cercanía”.
Diáconos
En
el apartado dedicado a los diáconos, colaboradores de los Obispos y de los
presbíteros en la única misión evangelizadora, se explica que son ministros
ordenados y participan, aunque de manera diferente, del Sacramento del Orden,
en particular en el ámbito de la evangelización y de la caridad, incluso en la
administración de los bienes, la proclamación del Evangelio y el servicio de la
mesa eucarística.
No
obstante, se aclara que no deben ser considerados, “mitad sacerdotes y mitad
laicos”, ni deben ser contemplados desde la perspectiva del clericalismo y el
funcionalismo.
Consagrados y laicos
Con
respecto a los consagrados, el texto indica que su misión deriva en primer
lugar de su “ser”, de su testimonio de “seguimiento radical de Cristo”. Y, en
segundo lugar, de su “hacer”, esto es, “de las acciones realizadas conforme al
carisma de cada instituto (por ejemplo, catequesis, caridad, formación,
pastoral juvenil, cuidado de los enfermos)”.
En
cuanto a los laicos, el texto recuerda que hoy se requiere “un generoso
compromiso de todos los fieles laicos al servicio de la misión evangelizadora,
ante todo con el testimonio constante de una vida cotidiana conforme al
Evangelio, en los ambientes donde habitualmente desarrollan su vida y en todos
los niveles de responsabilidad; después, en particular, asumiendo los
compromisos que les corresponden al servicio de la comunidad parroquial”.
Igualmente,
resalta que estos pueden ser instituidos lectores y acólitos (o para el servicio
del altar) de forma estable o ministros extraordinarios, siempre que estén “en
plena comunión con la Iglesia Católica” hayan recibido “la formación adecuada”
para esa función, y manifiesten “una conducta personal y pastoral ejemplar, que
les de autoridad para llevar a cabo el servicio”.
Puedes
leer el documento completo en este enlace.
Larissa
I. López
Fuente:
Zenit






