Sacerdote
carmelita, 24 de julio
Martirologio Romano: En Angers, ciudad
de Francia, beato Juan Soreth, presbítero de la Orden de los Carmelitas, en la
que introdujo una observancia más estrecha y la amplió con conventos para
monjas (1471).
Breve Biografía
Nació
en Caen (Normandía-Francia) en 1394. Siendo muy joven vistió el hábito
carmelitano en su misma ciudad.
Por
el 1417 se ordenó sacerdote y el 26 de mayo de 1440, después de haber regentado
los estudios en varios conventos, recibió el Magisterio de Teología en París.
El
1440 fue elegido provincial de Francia y en 1451 Superior General de toda la
Orden, cargo que desempeñó hasta su muerte.
El
beato Juan Soreth es sin duda una de las figuras más eminentes en la historia
de nuestra Orden. Su celo infatigable, desplegado sobre todo como General del
Carmelo, la propagación que hizo de la Segunda Orden, su pureza y santidad de
vida, lo unen a las grades figuras que vivieron con las más vivas ansias y el
más grande ardor el espíritu y los anhelos del profeta Elías.
Bien
se le puede apellidar como el "Reformador del Carmelo", en un tiempo
verdaderamente crítico.
Estaba
convencido de que el Carmelo sólo puede florecer y producir frutos de santidad
para bien de toda la Iglesia, manteniendo el justo equilibrio entre la vida de
oración y el apostolado.
Procuró
introducir, ayudado por el papa Calisto III, la "observancia" de la
Regla en todos los conventos, insistiendo de un modo particular en 1a pobreza
religiosa y en el recogimiento interior y exterior, ya que la relajación suele
introducirse por ahí.
Para
ello, se sirvió especialmente de tres medios: de una Exposición de la Santa
Regla, de una redacción de las Constituciones y sobre todo de la frecuente
visita canónica a los conventos, visita que hacía con toda humildad y fervor y
con gran delicadeza de conciencia.
El
7 de octubre de 1452 obtenía del papa Clemente V la Bula "Cum Nulla",
por la que quedaban erigidas canónicamente la Segunda y Tercera Orden del
Carmelo.
Escribió
tratados llenos de unción espiritual y profunda doctrina y renunció a varias
prebendas eclesiásticas.
Murió
en Angers el 25 de julio de 1471. Fue beatificado por el papa Pío IX en 1866.
Su
espiritualidad
En
su precioso libro "Expositio paraenetica in Regulam Carmelitarum"
queda plasmada maravillosamente su rica espiritualidad.
En
cada página se advierte la preocupación de elevarse más allá de la ascesis y de
la observancia exterior para crear y disfrutar del ambiente contemplativo.
Insiste
en afirmar que el fin del religioso y de la perfección del corazón es alcanzar
la oración no interrumpida, y desde este ángulo visual considera siempre la
soledad, el silencio, la vida común y la mortificación de los sentidos como
medios eficaces para la vida interior.
"Sea
una tu celda exterior y otra tu celda interior... la puerta de la clausura
exterior es señal de la clausura interior para que los sentidos sean siempre
orientados interiormente hacia Dios".
La
meditación, según el Beato, no es fin en sí misma, en cuanto que es
"Frecuente excogitación, que investiga el modo, la causa, la razón",
mayormente es raciocinio y no tiene eficacia sin la adhesión de la voluntad,
sino que es medio y preparación para llegar a la contemplación. Así, pues, el
beato Soreth sigue la línea tradicional de la Orden en cuanto al fin de la vida
carmelitana. Esto es la contemplación.
Fue
muy amante del Santísimo Sacramento, y, en cierta ocasión, con gran peligro de
su vida, salvó un Copón de Formas Consagradas, que iban a ser pasto de las
llamas.
Fuente:
Carmelnet.org