En aquel
tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: “¿Cuándo llegará el Reino de
Dios?” Jesús les respondió: “El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se
podrá decir: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, porque el Reino de Dios ya está entre
ustedes”.
Les dijo
entonces a sus discípulos: “Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar
siquiera un solo día de la presencia del Hijo del hombre y no podrán. Entonces
les dirán: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, pero no vayan corriendo a ver, pues así
como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la
venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser
rechazado por los hombres de esta generación”.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
¿Pero qué es
este reino de Dios, reino de los cielos? Son sinónimos. Nosotros pensamos
enseguida en algo que se refiere al más allá: la vida eterna. Cierto, esto es
verdad, el reino de Dios se extenderá sin fin más allá de la vida terrena, pero
la buena noticia que Jesús nos trae —y que Juan anticipa— es que el reino de
Dios no tenemos que esperarlo en el futuro. Dios viene a establecer su señorío
en la historia, en nuestra vida de cada día; y allí donde esta viene acogida
con fe y humildad brotan el amor, la alegría y la paz. ÁNGELUS 4 de
diciembre de 2016
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