20.11.20

EVANGELIO DEL DÍA

20 Viernes de la semana XXXIII del Tiempo Ordinario

Evangelio según Lucas 19, 45-48

Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: “Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones”.

Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo, intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

"Jesús expulsa del Templo no a los sacerdotes y a los escribas cómplices; expulsa a los que hacían negocios, a los comerciantes del Templo. El Evangelio es muy fuerte. Dice: 'Los jefes de los sacerdotes y los escribas trataron de hacer morir a Jesús y también los jefes del pueblo. Pero no sabían qué hacer porque toda la gente estaba pendiente de sus labios para escucharlo'. La fuerza de Jesús es su palabra, su testimonio, su amor. Y donde está Jesús, no hay lugar para la mundanidad, no hay lugar para la corrupción! También hoy, esta es la lucha de cada uno de nosotros, esta es la lucha diaria de la Iglesia, que está llamada a estar siempre con Jesús. Y los cristianos deben estar siempre pendientes de sus labios, para escuchar su palabra sin buscar seguridad en otro señor, pues 'no se puede servir a dos señores: o a Dios o a las riquezas, o a Dios o al poder'." (Santa Marta 20 de noviembre de 2015)

Vatican News

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