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| El Papa Francisco expone su catequesis. Foto: Vatican Media |
Se trata de una nueva catequesis centrada en la oración cristiana,
tema sobre el que el Pontífice reflexiona desde hace varias semanas.
Desde la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo
Padre invitó a reflexionar sobre el episodio del Evangelio de San Lucas en el
que Jesús cura a diez leprosos. El Señor, tras escuchar sus suplicas, les dice
que se presenten donde los sacerdotes.
“Los diez se fían, van enseguida, y mientras están yendo se curan,
los diez. Los sacerdotes habrían por tanto podido constatar su sanación y
devolverles a la vida normal”, explicó Francisco.
Pero el Santo Padre donde se centró fue en lo que sucedió a
continuación: “De ese grupo, solo uno, antes de ir donde los sacerdotes, vuelve
atrás a dar las gracias a Jesús y alabar a Dios por la gracia recibida. Y Jesús
nota que ese hombre era un samaritano, una especie de ‘hereje’ para los judíos
de la época. Jesús comenta: ‘¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios
sino este extranjero?’”.
“Este pasaje, por así decir, divide el mundo en dos: quien no da
las gracias y quien da las gracias; quien toma todo como si se le debe, y quien
acoge todo como don, como gracia”, subrayó el Papa Francisco.
De este episodio de la vida de Jesús el Pontífice extrajo una
enseñanza: “La oración de acción de gracias comienza siempre desde aquí: del
reconocerse precedidos por la gracia”.
“Hemos sido pensados antes de que aprendiéramos a pensar; hemos
sido amados antes de que aprendiéramos a amar; hemos sido deseados antes de que
en nuestro corazón surgiera un deseo. Si miramos la vida así, entonces el
‘gracias’ se convierte en el motivo conductor de nuestras jornadas”.
La oración de acción de gracias es tan importante para los
cristianos que da nombre al sacramento central de la fe cristiana: la
Eucaristía.
La palabra griega de la que deriva el término “Eucaristía”
significa “acción de gracias”. “Los cristianos, como todos los creyentes,
bendicen a Dios por el don de la vida. Vivir es ante todo haber recibido. Todos
nacemos porque alguien ha deseado para nosotros la vida”.
El agradecimiento por la vida recibida “es solo la primera de una
larga serie de deudas que contraemos viviendo. Deudas de reconocimiento. En
nuestra existencia, más de una persona nos ha mirado con ojos puros,
gratuitamente”. “También la amistad es un don del que estar siempre
agradecidos”.
Además, destacó que este tiempo de Navidad es un momento propicio
para la oración de acción de gracias. “Las narraciones de la Navidad están
llenas de orantes con el corazón ensanchado por la llegada del Salvador. Y
también nosotros hemos sido llamados a participar en esta inmensa exultación”.
El Papa Francisco concluyó su catequesis: “Tratemos de estar
siempre en la alegría del encuentro con Jesús. Cultivamos la alegría. Sin
embargo, el demonio, después de habernos engañado, nos deja siempre tristes y
solos. Si estamos en Cristo, ningún pecado y ninguna amenaza nos podrán impedir
nunca continuar con alegría el camino, junto a tantos compañeros de viaje”.
Fuente: ACI Prensa






