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| Momento en que se derriba la cruz. Foto: Margarita Lucena / Diócesis de Córdoba |
Según informó la Asociación de Abogados Cristianos, el
Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Aguilar de la Frontera ha
ordenado la apertura de diligencias contra la alcaldesa Carmen Flores, de
Izquierda Unida, por un presunto delito de prevaricación.
Según argumentó la Asociación en su escrito presentado en el
juzgado, “la decisión de destruir el monumento no se había aprobado en pleno
por lo que se realizó de forma completamente ilegal y además supone atentar
contra un derecho fundamental como es la libertad religiosa”.
Además, la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía,
cuya opinión era necesaria por encontrarse la cruz junto al convento de las
Descalzas, declarado Bien de Interés Cultural, concluyó que la cruz no estaba
afectada por la Ley de Memoria Histórica.
A pesar de ese dictamen, el ayuntamiento de Aguilar derribó
igualmente la cruz con el argumento de que impedía la visualización del
convento. Según declaró Carmen Flores “esa cruz no tiene ninguna connotación
religiosa”, “no tiene ningún interés para nada”, “es una cruz de cemento que no
tiene ningún valor”.
A pesar de las protestas de la Diócesis de Córdoba, de la
Agrupación de Cofradías de Aguilar de la Frontera y de los vecinos del pueblo,
la cruz finalmente fue derribada y arrojada a un vertedero, lo que causó aún
mayor indignación.
Los vecinos respondieron cubriendo de flores el espacio que
antes ocupaba el monumento cristiano, y colocando improvisadas cruces de madera
en el lugar. Todos esos elementos fueron retirados por el ayuntamiento.
Sin embargo, Abogados Cristianos distribuyó este viernes 5
de febrero una imagen en la que se aprecia que personas anónimas han pintado
una cruz amarilla, exactamente igual a la derribada, en el muro blanco del
convento de las Descalzas donde se encontraba la cruz original.
El derribo de la cruz ha causado una auténtica división en
este pueblo que, tradicionalmente, ha votado a gobiernos municipales de
izquierda. Incluso el otro partido de izquierda del ayuntamiento, el PSOE,
criticó la forma en que se llevó a cabo esta medida y lamentó que la cruz haya
terminado en un vertedero.
El párroco de la localidad, Pablo Lora, escribió una carta a
sus feligreses en la que reconoció que “contemplar el signo de la Cruz arrojada
en un vertedero y conocer la orden de su destrucción me ha producido un
profundo dolor, ha provocado una herida en nuestros sentimientos religiosos”.
Fuente: ACI Prensa






