El arzobispo Ivan Jurkovič, Observador permanente de la Santa Sede
ante las Naciones Unidas en Ginebra, ha pedido que se defienda la libertad
religiosa y de credo de todos los grupos y comunidades
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| (AFP
or licensors) |
"En el escenario actual, en el que la libertad religiosa es
cada vez más erosionada por la necesidad de proteger vidas humanas de la
propagación de la pandemia del Covid-19, es fundamental que las autoridades
civiles se comprometan a respetar, proteger y defender la libertad de religión
o de credo, como dimensión de la dignidad de la persona humana": así abrió
su discurso, el 4 de marzo, el arzobispo Ivan Jurkovič, Observador permanente
de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra, en la 46ª sesión del Consejo de
Derechos Humanos. En particular, el prelado se refirió al Informe presentado
por el Relator Especial sobre la libertad de religión y de credo, señalando
"con preocupación el limitado alcance" del tema elegido, a saber,
"El odio antimusulmán/la islamofobia".
Considerar a todos
los grupos religiosos, no sólo a algunos
"La Santa Sede
no puede sino deplorar que el Informe no considere adecuadamente el contexto de
la persecución de todas las personas de fe, o de ninguna fe", señaló
monseñor Jurkovič. "Ciertamente, todos los actos de odio, discriminación y
persecución religiosa deben ser condenados con vehemencia, incluso contra los
musulmanes". Sin embargo, añadió el prelado, teniendo en cuenta "la
universalidad de la libertad religiosa sancionada por la Declaración Universal
de los Derechos Humanos", la decisión de "limitar el argumento del
Informe a un grupo religioso particular sin hacer referencia a muchos otros
podría representar un cambio sustancial en el enfoque metodológico".
No a la
discriminación
El Observador
Permanente reiteró que, de producirse este cambio, no se reduciría "el
perfil negativo y la estigmatización de estos grupos", sino que se
correría "el riesgo real de ser divisivos, de facilitar una mentalidad de
'nosotros' contra 'ellos'". De hecho, explicó el prelado, "cualquier
legislación o práctica que excluya a un grupo específico basándose, al menos en
parte, en criterios religiosos, representa una sutil forma de discriminación,
independientemente de los efectos previstos o del resultado real de dichas
leyes o prácticas".
La libertad
religiosa, un derecho humano fundamental y universal
Por ello, el
Arzobispo expresó su "profunda preocupación": porque un Informe que
"debería defender el derecho humano fundamental y universal de la libertad
de religión o de credo, se ha centrado en realidad en un grupo religioso con
exclusión de otros, con el riesgo de polarizar la comunidad internacional y
crear aún más conflictos", poniendo "aún más en peligro"
precisamente aquellos derechos que el Consejo de la ONU "debería promover
y proteger".
Isabella
Piro - Ciudad del Vaticano
Vatican News