30 – Abril. Viernes de la IV
semana de Pascua
![]() |
| Misioneros digitales católicos MDC |
No se turbe vuestro corazón,
creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas;
si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y
os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo
estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le
responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por
mí
COMENTARIO
"No se turbe vuestro
corazón". Cuando Jesús dijo estas palabras a los apóstoles poco antes de
su arresto, sabía exactamente lo que las próximas horas y días traerían, y la
incertidumbre que significaría para los discípulos. Jesús pidió a los apóstoles
que tuvieran fe en Él, y a través del texto inspirado nos pide también esta
profunda confianza. La confianza en Nuestro Señor es el verdadero remedio para
la preocupación y la ansiedad.
Porque eso es lo siguiente que
dice Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie va al Padre, si
no es a través de mí". Todos estamos en un camino, el camino de la vida.
Hay muchos desvíos y muchas calles laterales. Pero no hay que confundirse ni
perderse, porque Jesús mismo es el verdadero camino que lleva al Padre, y a la
vida eterna.
Puesto que Jesús mismo es el
camino, llegaremos al destino siempre que nos mantengamos en él y avancemos, lo
que significa identificarnos verdaderamente con las enseñanzas y el modo de
vida que Nuestro Señor establece para sus seguidores. De hecho, los primeros
cristianos eran conocidos como “seguidores del Camino" (cf. Hch 9,2;
19,23; 24,14 y 22).
Como escribe Santo Tomás de
Aquino: "Si buscas por dónde has de ir, acoge en ti a Cristo, porque él es
el camino (...) Es mejor andar por el camino, aunque sea cojeando, que caminar
rápidamente fuera de camino. Porque el que va cojeando por el camino, aunque
adelante poco, se va acercando a la meta" (Santo Tomás, Comentario al
Evangelio de san Juan, cap. 14, lec. 2). Cada vez que tratamos de imitar a
Nuestro Señor, lo estamos tomando como camino.
Además, al ir al Padre, nos envía
el Espíritu Santo, que permanece con nosotros y nos guía, hasta el día en que
iremos donde Él ha ido, y nos reuniremos con Él en la casa del Padre.
Andrew Soane
Fuente: Opus Dei






