En las orientaciones se invita a que cada diócesis celebre la Jornada Mundial de la Juventud en la solemnidad de Cristo Rey
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Jóvenes durante la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá. Foto: JMJ Panamá |
El
Vaticano publicó unas orientaciones para la celebración de la Jornada Mundial
de la Juventud (JMJ) en las diócesis en las que destaca su dimensión pastoral y
la necesidad de poner a los jóvenes en el centro de su celebración.
En un documento difundido este
martes 18 de mayo, y elaborado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y
la Vida, se recuerda que “para el papa Francisco, las Jornadas Mundiales de la
Juventud constituyen un impulso misionero de extraordinaria fuerza para toda la
Iglesia y, en particular, para las generaciones más jóvenes”.
“La
Jornada Mundial de la Juventud que se celebra en cada Iglesia particular tiene
un gran significado y valor no solo para los jóvenes que viven en esa región
concreta, sino para toda la comunidad eclesial local”, se señala.
En ese sentido, “la Jornada
Mundial de la Juventud celebrada a nivel local tiene un significado muy
importante para cada Iglesia particular. Sirve para sensibilizar y formar a
toda la comunidad eclesial –laicos, sacerdotes, personas consagradas, familias,
adultos y personas mayores– para que sea cada vez más consciente de su misión
de transmitir la fe a las nuevas generaciones”.
Se explica que “la celebración de
estas Jornadas de los jóvenes a nivel local es sumamente útil para mantener
viva en la conciencia eclesial la urgencia de caminar con los jóvenes,
acogiéndolos y escuchándolos con paciencia, anunciándoles la Palabra de Dios
con afecto y energía”.
“Estas Orientaciones Pastorales”,
se afirma en el documento, “pretenden animar a las Iglesias particulares a que
aprovechen cada vez más la celebración diocesana de la JMJ y a que la
consideren una ocasión propicia para planificar y llevar a cabo de forma
creativa iniciativas que muestren que la Iglesia considera su misión con los
jóvenes una prioridad pastoral histórica, en la que invertir tiempo, energías y
recursos”.
Orientaciones
En las orientaciones se invita a
que cada diócesis celebre la Jornada Mundial de la Juventud en la solemnidad de
Cristo Rey. “En efecto, el deseo del Santo Padre es que, en este día, la
Iglesia universal ponga a los jóvenes en el centro de su atención pastoral”.
Hasta el año 2020 la Jornada
Mundial de la Juventud a nivel diocesano se había celebrado siempre el Domingo
de Ramos. Fue el Papa Francisco quien el 22 de noviembre de 2020 anunció que a
partir de ese momento la JMJ diocesana se celebraría el domingo de la
solemnidad de Cristo Rey.
Se insiste en que “la Jornada de
los jóvenes debe ser una fiesta de la fe”, pues “la celebración de la JMJ
ofrece a los jóvenes una experiencia viva y alegre de fe y comunión, un espacio
para experimentar la belleza del rostro del Señor”.
Se señala que la Jornada también
“debe ser una experiencia de Iglesia”. Para ello, se propone la presencia
activa del obispo local en las celebraciones, pues “la presencia del obispo
local y su disposición a estar entre los jóvenes es, para los mismos jóvenes,
un gran signo de amor y cercanía”.
La Jornada de los jóvenes debe
ser, según las orientaciones, una “experiencia misionera”. Para ello, se
propone “organizar misiones en las que se invite a los jóvenes a visitar a las
personas en sus casas, llevándoles un mensaje de esperanza, una palabra de
consuelo o simplemente ofreciéndoles escuchar”.
“Aprovechando su entusiasmo, los
jóvenes –siempre que sea posible– pueden ser también protagonistas de momentos
de evangelización pública, con cantos, oración y testimonios, en aquellas
calles y plazas de la ciudad donde se reúnen sus coetáneos, porque los jóvenes
son los mejores evangelizadores de los jóvenes. Su sola presencia y su fe
alegre constituyen ya un anuncio vivo de la Buena Nueva que atrae a otros
jóvenes”.
Además, la Jornada de los jóvenes
debe ser una “ocasión de discernimiento vocacional” y una “llamada a la
santidad”.
Se recuerda que “dentro de una
fuerte experiencia eclesial y misionera de la fe, se debe dar prioridad a la
dimensión vocacional. Es un enfoque gradual que, en primer lugar, hace que los
jóvenes comprendan que toda su vida está puesta ante Dios, que los ama y los
llama”.
También la Jornada de los jóvenes
debe ser una “experiencia de peregrinación”. Se subraya que “los jóvenes de la
JMJ son un pueblo de peregrinos”.
“No se trata de caminantes sin
rumbo, sino de un pueblo unido, de peregrinos que caminan juntos hacia una
meta, hacia el encuentro con Alguien, con Aquel que es capaz de dar sentido a
su existencia, con el Dios hecho hombre que llama a cada joven a convertirse en
su discípulo, a dejarlo todo y a caminar tras él”.
Otro punto a destacar de las
observaciones es que la Jornada debe ser una “experiencia de fraternidad
universal”. Se indica que la celebración de la JMJ puede ser un momento
oportuno para que todos los jóvenes que viven en una zona determinada se reúnan
y hablen entre sí, más allá de sus creencias, su visión de la vida y sus
convicciones.
Se anima a tener “la valentía de
implicar y confiar papeles activos a los jóvenes, tanto a los que provienen de
las diferentes realidades pastorales presentes en la diócesis, como a los que
no pertenecen a ninguna comunidad, grupo juvenil, asociación o movimiento”.
Por último, se recuerda la
importancia del mensaje que cada año el Papa publica para la celebración
diocesana de la JMJ. “Sería conveniente que los encuentros preparatorios y la
misma JMJ diocesana se inspiren en las palabras que el Santo Padre ha dirigido
a los jóvenes, en particular, en el pasaje bíblico que se propone en el
Mensaje”.
En la rueda de prensa de
presentación del documento, el P. Alexandre Awi Mello, secretario del
Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, explicó que el impulso de
redactar estas orientaciones surgió con motivo de la decisión del Papa
Francisco, adoptada el 20 de noviembre de 2020, de cambiar la fecha de
celebración de la JMJ a nivel diocesano y pasarla del Domingo de Ramos a la
Solemnidad de Cristo Rey.
De esa manera, la Iglesia se
embarcó en un proceso para completar la obra iniciada por San Juan Pablo II al
iniciar la Jornada Mundial de la Juventud pues, según afirmó el P. Awi Mello,
“faltaba una valorización de las ediciones locales de la JMJ que en algunas
diócesis funcionan muy bien, en otras menos. Pero no implica una redimensión de
la edición internacional”.
En la rueda de prensa intervino
también el P. João Chagas, responsable de la Oficina de Jóvenes del Dicasterio.
Afirmó que, en el contexto de la actual pandemia de coronavirus, “lo importante
es que la pandemia no se convierta en una escusa para no hacer nada con los
jóvenes. Son ellos los que en este momento tienen más necesidad. Y allí donde
la Iglesia ha sabido ser más creativa para ir a su encuentro, los jóvenes han
sabido valorarlo”.
Para leer el documento completo,
acceda AQUÍ.
Por Miguel Pérez Pichel
Fuente: ACI Prensa