El dominico Thomas Joseph White tiene tras de sí una curiosa y llamativa historia
![]() |
| Thomas Joseph White ha sido el elegido para ser rector de la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino de Roma, |
El
dominico estadounidense Thomas Joseph White ha sido recientemente elegido como nuevo rector del Angelicum, la Pontificia Universidad Santo Tomás de
Aquino, el gran centro de estudios de la Orden Predicadores en
Roma. Sin embargo, tras este nombramiento aparentemente sin mayor trascendencia
más allá del ámbito docente se esconde un personaje con una historia muy
llamativa tras él.
El padre White proviene
de las provincias dominicas de EEUU donde afloran las vocaciones religiosas,
donde la evangelización y la doctrina son elementos centrales, y cuyo
particular estilo quiere llevar a partir de ahora en su etapa romana.
Este dominico no es
católico de cuna sino converso en su etapa universitaria. De hecho,
su padre es judío y su madre presbiteriana. Pero además, tras su conversión,
propiciada en su caso desde el ámbito intelectual, fue uno de los fundadores de
los Hillbilly
Thomists, un grupo de música bluegrass formado por frailes
de su orden y que está dando mucho que hablar tras haber publicado varios
discos.
Representa a una zona dominica repleta de vocaciones
Es por tanto no
sólo un destacado teólogo, sino además combativo, pues fue uno de los ocho
firmantes que desmontó
los argumentos del cardenal Kasper sobre la comunión a los divorciados
que no viven castamente.
El padre White proviene
de una provincia dominica, la de San José en EEUU, repleta de jóvenes
vocaciones, a diferencia de lo que ocurre en otras zonas. Tal y como explica
al National Catholic Register, el secreto a este
despertar vocacional allí se debe a "haber encontrado un
equilibrio en los últimos años entre una vida común de oración, el compromiso
con la belleza litúrgica, la práctica sacramental fiel, la educación
teológica sustancial y el apostolado confiado y extrovertido".
Además, recuerda que
muchos de los jóvenes que han ingresado a la Orden de Predicadores en EEUU en
últimas décadas provienen provienen de entornos universitarios que han
abandonado "para predicar el Evangelio a sus compañeros".
Esto provoca –añade- que
“a menudo conocen bien las tendencias culturales que los rodean, pero en lugar
de adoptar una postura defensiva, han encontrado formas de comunicar la
verdad católica con caridad, celo pastoral y claridad”.
Converso y bautizado en la universidad
En el libro Heart, and Soul: Intellectuals and the Path to Rome,
este dominico era uno de los 12 testimonios de conversión que aparecen en él. Y
ahí cuenta su viaje hacia la Iglesia Católica ya en la universidad, tal y como
recoge Catholic Herald.
“Crecí como hijo único
de padre judío y madre presbiteriana. Mis padres eran nominal y moderadamente
religiosos. Mi padre podría caracterizarse como un judío un tanto secularizado
y mi madre era una presbiteriana no demasiado practicante, por lo que tuve
cierta exposición a ambas tradiciones, pero no fui ni bautizado ni
recibí el Bar Mitzváhed”, explicaba el ahora fraile dominico.
De este modo, señalaba
que “no me consideraba ateo de ninguna manera, pero la existencia de
Dios no era una preocupación para mí”. Con apenas 11 años en un viaje
familiar a Asia se despertó en él un interés por la diversidad religiosa, pero
no por la práctica religiosa.
Una conversión intelectual
Ya en la universidad
empezó a tener interés por el misticismo oriental y por ello vio necesario
estudiar también el misticismo occidental, por lo que acabó leyendo a Thomas
Merton. Y poco después le llegó a sus manos un libro de cartas de Flannery O´Connor, donde encontré “a una intelectual católica”. En sus misivas citaba a
algunos teólogos por lo que Thomas decidió acudir a la biblioteca y buscar
algunos libros que citaba, como por ejemplo los del teólogo protestante Karl
Barth.
Sentado en la biblioteca
leyó durante toda la tarde y toda la noche. “Cuando cerré el libro supe
que Jesucristo existía. Fue entonces cuando recibí el don de la fe de
Dios y comencé a tomar conciencia de la realidad de Cristo. Regresé a mi dormitorio
y recé, y al día siguiente fui al capellán de la universidad, que era
protestante, y le pedí que me bautizara”, recuerda.
Thomas White se bautizó
protestante en la Pascua de su primer año de universidad, pero sólo era
el inicio de su camino pues veía que el cristianismo era un mundo muy
amplio y con versiones muy diferentes.
Durante un semestre en
la universidad empezó a estudiar el cristianismo primitivo y conoció a autores
como Ignacio de Antioquia, Ireneo, Agustín, Atanasio o Juan Crisóstomo.
El descubrimiento del catolicismo
“Mientras los leía tuve
un instinto creciente de que, fuera lo que fuera lo que estos autores estaban
articulando, era algo muy parecido a la ortodoxia oriental o al catolicismo
romano, como lo que Newman quiere decir cuando afirma que profundizar
en la historia es dejar de ser protestante. Cuando leí a los Padres de
la Iglesia quedó claro que tenían una combinación única de profundidad
filosófica, profundidad teológica y misticismo espiritual que era hermosa,
extraña por antigua, pero también poderosa y convincente”, agrega.
Desde ese instante ya
percibió la Iglesia Católica de manera diferente e hizo que –agrega- "las
cosas católicas que antes parecían muy extrañas parecieran ahora más
atractivas, como por ejemplo los sacramentos, la iconografía, la Virgen María,
el papel de los obispos y el papado, y especialmente la Eucaristía”.
Por ello, el futuro
dominico comenzó a asistir a iglesias católicas donde se sentaba
siempre en el último banco.
Pero todavía quedaba
mucho camino y en él se topó con otro libro que le cambiaría la vida: Introducción
al cristianismo, de Joseph Ratzinger, que le abrió el camino de Balthasar,
Rahner y especialmente San Juan Pablo II. “Al leerlos sentí una profunda
continuidad entre los primeros padres y el cristianismo moderno con el
que me relacionaba intelectualmente”.
En su último año de
universidad comenzó a leer a San John Henry Newman y acudió a un retiro en
un monasterio benedictino. Allí encontró numerosas respuestas y
personas que tenían las mismas inquietudes que él, a lo que sumó el
descubrimiento para él del canto gregoriano y la liturgia solemne.
Fue la primera
de bastantes visitas a un monasterio benedictino que sería
curiosamente el que le acabaría llevando a una vocación religiosa, pero como
dominico.
La música, su gran afición
“Durante mis visitas
allí comencé a experimentar la Adoración Eucarística, en la que tuve un sentido abrumador
de la presencia de Cristo que nunca antes había tenido, acompañado de una
aguda conciencia de mi propia pecaminosidad, pero también un sentido
radiante de presencia y bondad de Dios. Eso fue abrumador y poderoso, así que
cuando regresé a una de mis visitas al monasterio pedí ingresar en el RICA (iniciación
cristiana de adultos) y finalmente fui recibido el día de Pascua de 1993 en el
monasterio de Santa María”, concluye.
Ya como dominico, el
padre Tomas Joseph White pudo desarrollar otra de sus curiosas aficiones, la
música. Y así fue como creó junto a otro dominico, al cual se han unido
otros frailes más el grupo Hillbilly Thomists.
Sobre esta banda
explica que toca música bluegrass y está “compuesta únicamente por
frailes dominicos que tomaron su nombre de un dicho de la autora católica
Flannery O'Connor. Se formó inicialmente en 2005 por dos de nosotros, y creció
progresivamente a medida que varios jóvenes músicos profesionales ingresaban en
la Casa de Estudios Dominicana en Washington DC. Hoy la banda tiene dos álbumes
conocidos, incluido uno recientemente lanzado en enero llamado Living
for the Other Side que está disponible on line en muchos lugares.
También estamos grabando un nuevo álbum para el próximo agosto. Nuestra música
no tiene fines litúrgicos. Es para la vida ordinaria. La música Bluegrass tiene
una energía única y ayuda a celebrar la vida. Es música alegre para
tiempos ordinarios, y los cristianos también la necesitan”.
Javier Lozano
Fuente: ReL






