Francisco lanza su mensaje para la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, que se celebrará el próximo 25 de julio
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Foto: Pixabay |
La
Santa Sede ha hecho público este martes el mensaje del Papa
Francisco de cara a la primera Jornada Mundial de los Abuelos y
de los Mayores, un texto en el que habla a este colectivo de tú a tú y le
recuerda que tiene mucho que aportar en la sociedad actual y en la Iglesia.
«Quiero decirte que eres necesario para construir, en fraternidad y amistad
social, el mundo de mañana: el mundo en que viviremos cuando la tormenta se
haya calmado», escribe.
Además, el Pontífice apela a la
colaboración intergeneracional al afirmar que «el futuro del mundo reside en la
alianza entre los jóvenes y los mayores», una construcción que deberá
sostenerse con tres pilares: los sueños, la memoria y la oración.
En
primer lugar, destaca que «es necesario seguir soñando», pues en los sueños de
justicia, de paz y de solidaridad «está la posibilidad de que nuestros jóvenes
tengan nuevas visiones, y juntos podamos construir el futuro». «Es necesario
que tú también des testimonio de que es posible salir renovado de una
experiencia difícil», agrega.
El segundo pilar al que se
refiere el Papa es la memoria, «una verdadera misión para toda persona mayor».
«La memoria puede ayudar a construir un mundo más humano, más acogedor. Pero
sin la memoria no se puede construir; sin cimientos nunca construirás una casa.
Nunca. Y los cimientos de la vida son la memoria», continúa.
Finalmente se refiere a la
oración, «un recurso muy valioso, un pulmón del que la Iglesia y el mundo no
pueden privarse». Según sostiene, esta es más necesaria en el momento que
vivimos, mientras «atravesamos, todos en la misma barca, el mar tormentoso de
la pandemia». «Tu intercesión por el mundo y por la Iglesia no es en vano, sino
que indica a todos la serena confianza de un lugar de llegada», subraya.
El Pontífice también recuerda que
el papel de los mayores es el de «custodiar las raíces, transmitir la fe a los
jóvenes y cuidar de los pequeños». Y añade: «No importa la edad que tengas, si
sigues trabajando o no, si estás solo o tienes una familia, si te convertiste
en abuela o abuelo de joven o de mayor, si sigues siendo independiente o
necesitas ayuda, porque no hay edad en la que puedas retirarte de la tarea de
anunciar el Evangelio, de la tarea de transmitir las tradiciones a los nietos».
Al principio del texto, Francisco reconoce que el mensaje llega
en un momento difícil para los mayores, en el que «la pandemia ha sido una tormenta inesperada y violenta, una dura prueba que ha golpeado la vida de todos». «El Señor conoce cada uno de nuestros sufrimientos de este tiempo. Está al lado de los que tienen la dolorosa experiencia de ser dejados a un lado. Nuestra soledad no es indiferente», insiste.
En este sentido, recuerda la
historia que narra la tradición sobre san Joaquín, a quien Dios envió un ángel
para consolarlo. «Incluso cuando todo parece oscuro, como estos meses de
pandemia, el Señor sigue enviando ángeles para consolar nuestra sociedad y
repetirnos: «Yo estoy contigo todos los días». Esto te lo dice a ti, me lo dice
a mí, a todos. ¡Que cada abuelo, cada anciano, cada abuela, cada persona mayor
reciba la visita de un ángel! A veces tendrá el rostro de nuestros nietos,
otras veces de familiares, de amigos de toda la vida o de personas que hemos
conocido en este momento difícil», concluye.
Fran Otero
Fuente: Alfa y Omega