En la Audiencia General de este miércoles 2 de junio, el Papa Francisco destacó que “siempre podemos contar con la oración de Jesús”
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| El Papa Francisco en la Audiencia General. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
Después
de saludar a numerosos fieles reunidos en el patio de San Dámaso del Vaticano,
el Santo Padre dedicó su catequesis al tema: “Jesús como modelo y alma de toda
oración” y explicó que “las grandes decisiones en la misión de Jesús están
siempre precedidas de una oración intensa, de la oración prolongada”.
“Siempre en ese momento, hay oración. Esta prueba de
fe parece una meta, pero en cambio es un punto de partida renovado para los
discípulos, porque, a partir de entonces, es como si Jesús subiera un tono en
su misión, hablándoles abiertamente de su pasión, muerte y resurrección”,
afirmó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre indicó que
“continuamente reaparece en la vida de Jesús la oración en favor de sus
amigos” y agregó que “a veces los apóstoles se convierten en motivo de
preocupación, pero Jesús, así como los recibió del Padre, así los lleva en
su corazón, incluso en sus errores, incluso en sus caídas”.
“Con
sus actitudes y con el testimonio de su oración perseverante, Jesús se
revela como maestro y amigo. Él, a pesar de los errores y las caídas de sus
discípulos, espera con paciencia su conversión y ruega por ellos al Padre,
para que permanezcan a su lado en las pruebas y no pierdan la fe.”, advirtió el
Papa.
Por ello, el Santo Padre se detuvo en algunas páginas
del Evangelio que “nos revelan la importancia de la oración en la vida de
Jesús y en su relación con sus discípulos” y añadió que “Jesús es el modelo
perfecto del orante: quiere que aprendamos a orar como Él, y nos lo enseña
con sus palabras y con su ejemplo”.
Además, el Papa Francisco subrayó que “Jesús nos
asegura que, aun cuando sintamos que nuestras oraciones son vanas e
ineficaces, Él no nos abandona, está siempre a nuestro lado. Reza
en nosotros y con nosotros. Intercede a nuestro favor, y nos alienta a que perseveremos
en la oración, sobre todo en los momentos más difíciles de nuestro camino,
porque es su oración la que hace que nuestras humildes peticiones sean
eficaces y lleguen hasta el cielo”.
En este sentido, el Pontífice comentó algunos pasajes
del Evangelio de San Lucas. Como la elección de los doce apóstoles después de
pasar toda la noche en oración; la Última Cena cuando le dice a Pedro que ha
rezado por él para que su fe no desfallezca; y el episodio de la
Transfiguración.
“De este rápido recorrido por el Evangelio, deducimos
que Jesús no sólo quiere que recemos como Él reza, sino que nos asegura que,
aunque nuestros tentativos de oración sean completamente vanos e
ineficaces, siempre podemos contar con su oración. Debemos ser
conscientes: Jesús reza por mí”, indicó.
Luego, el Papa improvisó para destacar que incluso si
una persona ha cometido muchos pecados, Jesús continúa a rezar porque “el
amor de Jesús, la oración de Jesús, para cada uno de nosotros no cesa”.
“Esto lo tenemos que
llevar siempre en la memoria. Jesús reza por mí, está rezando ahora ante el
Padre y le hace ver las llagas que ha llevado consigo para hacerle ver al Padre
el precio de nuestra salvación, el amor que nos tiene. En este momento cada uno
de nosotros piense, en este momento ¿Jesús está rezando por mí? Sí. Esta
es una gran seguridad que nosotros debemos tener”, añadió.
De este modo, el Papa afirmó que “la oración es la
única fuente de luz y fuerza” por lo que “es necesario rezar más
intensamente, cada vez que el camino se empina”.
Por ello, el Santo Padre invitó a no olvidar que “lo
que sostiene a cada uno de nosotros en la vida es la oración de Jesús por cada
uno de nosotros, con nombre y apellido, delante al Padre, haciéndole ver las
llagas que son el precio de nuestra salvación”.
“No se olviden: Jesús está rezando por mí. ¿Ahora?
Ahora. ¿En los momentos de la prueba? Sí. ¿En el momento del pecado? También en
aquel momento Jesús está rezando por mí”, concluyó el Papa.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa






