En el latín original, ‘secretum’, lejos de significar ‘oculto’, significa simplemente ‘separado’
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| Antoine Mekary | ALETEIA |
Es bastante difícil establecer de
dónde viene originalmente la palabra ‘Vaticano’. Claro está, es el nombre de
una de las siete colinas de Roma, todas ubicadas en la margen este del río
Tíber, dentro de los muros de la ciudad. Sin embargo, hay varias creencias
diferentes sobre de dónde viene el nombre de la Colle Vaticano —literalmente,
la “Colina Vaticana”—.
Ya en el siglo I, el destacado
retórico y filósofo romano Marco Terencio Varrón aseguraba que la palabra
derivó de una deidad tutelar local que se creía daba a los niños la capacidad
de hablar.
La divinidad, llamada Vaticanus,
“presidiría los principios de la voz humana; los niños, en cuanto nacen, hacen
el sonido que forma la primera sílaba de Vaticanus y, por ello la palabra
vagire (llorar) es la que expresa el primer ruido que emite un bebé”.
San Agustín, muy familiarizado con la obra de Varrón, menciona esta deidad tres veces en su libro La ciudad de Dios y hace referencia explícita aesta extendida creencia romana (cf. Agustín, La ciudad de Dios, 4, 8).
Sin embargo, es más probable que
la palabra derive del nombre de un antiguo asentamiento etrusco, posiblemente
llamado Vatica o Vaticum. Pero no se ha descubierto rastro alguno de este
lugar.
El Vaticano no siempre ha sido la
residencia del Papa. De hecho, hasta mediados del siglo XIX, los Papas
vivían en su mayoría en el palacio de Letrán, al otro lado de la ciudad.
Pero este hecho histórico no ha
evitado que la imaginación popular atribuya al Vaticano todo tipo de historias
relacionadas con mitos y “secretos” papales, la mayoría de los cuales son
fáciles de derrumbar y desmentir. Aquí tienes tres breves ejemplos.
1. El Archivo Vaticano
El Archivo Vaticano está lejos de
ser un parque de atracciones para teóricos de la conspiración. De hecho,
resultaría bastante aburrido para el público general.
El aura de “misterio” que cubre
al Archivum Secretum Apostolicum Vaticanum —tal es su nombre oficial
completo— podría deberse únicamente a un error de traducción del latín
original:secretum significa simplemente “separado”, como “para uso
personal”.
Cualquiera que haya tenido alguna
vez un secrétaire (un escritorio de despacho) probablemente tenga más
claro lo que esto significa: el “Archivo Secreto” Vaticano es una
colección de documentos personales, sobre todo cartas privadas, crónicas y
registros históricos de Papas pasados.
En cualquier caso, esto no
convierte necesariamente al Archivo Vaticano en un lugar aburrido.
Algunos investigadores podrían
considerarlo su propio y privado Jardín del Edén.
En sus estanterías encontramos la
bula papal que excomulgó a Martín Lutero y, al lado, un pergamino completo de
60 metros de largo con las actas de los juicios contra los Caballeros
Templarios.
Y las cartas de Miguel Ángel al
papa Julio II. Y los registros del juicio contra Galileo.
E incluso una carta del papa
Clemente XII al séptimo Dalai Lama solicitando protección para los frailes
franciscanos en el Tíbet.
2. El “Pasaje secreto”
Hay un pasillo incorporado dentro
del único muro medieval que queda en Roma. Conecta el Palacio Apostólico
del Vaticano con el Castillo de Sant’Angelo.
La “última vía de escape de los
Papas” es un pasaje subterráneo del siglo XIII y ha cautivado la imaginación de
muchos escritores.
La visita de Dan Brown a este
pasillo le dio la idea para escribir su novela superventas Ángeles y
demonios, una fantasiosa obra de ficción que retrata el Vaticano como un
escenario de todo tipo de conspiraciones.
Brown afirma que el pasaje tiene
unos 400 metros y llega hasta la biblioteca privada del Papa. Sin embargo,
lo cierto es que es el doble de largo. Termina cerca de la residencia papal,
por encima de la sede actual de la mensajería vaticana.
Aunque a muchos les gusta pensar
en este pasaje como un lugar de “correrías”, el pasillo solamente se ha
usado en casos estrictos de emergencia.
Por ejemplo, Alejandro VI (el
infame Papa Borgia) lo usó en 1494 para refugiarse en Castel Sant’Angelo cuando
las tropas francesas del rey Carlos VIII invadieron Roma.
También se usó el 6 de mayo de
1527 cuando las facciones protestantes de Carlos V saquearon Roma.
En aquel día, 147 guardias suizos
murieron intentando proteger la tumba de Pedro, mientras otros 42 protegían al
papa Clemente VII, quien se refugió en el castillo cruzando el pasaje de
emergencia.
3. La Biblioteca Vaticana
La Biblioteca Apostólica Vaticana
se estableció oficialmente en 1475, aunque en realidad es mucho más antigua.
Los historiadores explican que la
Biblioteca Apostólica Vaticana tiene sus orígenes en los primeros días de la
cristiandad.
De hecho, algunos manuscritos de
los primeros siglos del cristianismo se conservan (como es natural)
aquí.
Establecida en el palacio de
Letrán hasta finales del siglo XIII, creció exponencialmente durante el papado
de Bonifacio VIII, que era propietario de una de las mayores colecciones de
manuscritos ilustrados en Europa.
Sin embargo, no fue hasta 1451
cuando el papa Nicolás V, un famoso bibliófilo, intentó restablecer Roma como
un centro académico de importancia global, para lo cual construyó una
biblioteca relativamente modesta de más de 1200 volúmenes, incluyendo su
colección personal de clásicos griegos y romanos y una serie de textos traídos
de Constantinopla.
Hoy en día, entre los tesoros de
la Biblioteca Vaticana se encuentran en torno a 75.000 códices y 85.000
incunables (es decir, ediciones realizadas entre la invención de la imprenta y
el siglo XVI) que suman un total de más de un millón de libros.
Lejos de ser secretos, todos
estos tesoros están en Internet.
Daniel Esparza
Fuente: Aleteia






