6 – Septiembre. Lunes de la XXIII semana del Tiempo Ordinario
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Evangelio según Lucas 6,
6-11
Un sábado, Jesús entró en la
sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha
paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si
curaba en sábado y tener así de qué acusarlo.
Pero Jesús, conociendo sus intenciones,
le dijo al hombre de la mano paralizada: “Levántate y ponte ahí en medio”. El
hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: “Les voy a hacer
una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal,
salvar una vida o acabar con ella?” Y después de recorrer con la vista a todos
los presentes, le dijo al hombre: “Extiende la mano”. El la extendió y quedó
curado.
Los escribas y fariseos se
pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Cuando un padre o una madre, o
incluso simplemente personas amigas le llevaban un enfermo a Jesús para que lo
tocase y lo curase, él no se entretenía con otras cosas; la curación estaba
antes que la ley, incluso una tan sagrada como el descanso del sábado (cf. Mc
3, 1-6). Los doctores de la ley regañaban a Jesús porque curaba el día sábado,
hacía el bien en sábado. Pero el amor de Jesús era dar la salud, hacer el bien:
y esto va siempre en primer lugar. AUDIENCIA GENERAL 10 de junio de
2015
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