Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, afirmó que algunas minorías religiosas, en particular minorías cristianas, se enfrentan “a la extinción” en algunos lugares del mundo
Mons. Gallagher en una imagen de archivo. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
Mons. Gallagher hizo esta
advertencia en una declaración pronunciada en la ONU el miércoles 22 de
septiembre durante la reunión de alto nivel con motivo del 20 aniversario de la
adopción de la Declaración y el Programa de Acción de Durban sobre “las
reparaciones, la justicia racial y la igualdad para los afrodescendiente”.
En su discurso recordó que los
cristianos “representan el grupo más perseguido a nivel mundial” y lamentó que
los perseguidores a menudo gozan de impunidad”.
“La intolerancia basada en la
religión o las creencias conduce a la restricción del derecho a practicar libremente
la religión elegida y, en sus formas más extremas, puede causar hostilidad,
violencia y crímenes atroces”, denunció.
Insistió en que “el desprecio del
derecho a la libertad de religión y de creencias conduce a la violación de
otros derechos humanos”.
En su discurso se refirió también
a la “insidiosa” práctica de la eugenesia como otra forma de discriminación.
“Podríamos decir que detrás de
las técnicas de procreación artificial y de los aspectos oscuros de los
diagnósticos prenatales se esconde a menudo una mentalidad eugenésica, en la
que la idea de que hay seres humanos de valor inferior a causa de la
discapacidad, el sexo u otros rasgos conduce a menudo a la negación de su
derecho a la vida”.
Mons. Gallagher abogó también por
eliminar toda forma de discriminación racial e hizo hincapié en que “el racismo
puede y debe ser derrotado” aunque, para ello, señaló que es necesario
promocionar “una cultura de encuentro, fraternidad y solidaridad”.
Reconoció que se han dado pasos
importantes para combatir el racismo, pero recordó que las medidas adoptadas
por los Estados “deben conducir a un cambio real a través de su aplicación por
parte de los gobiernos, así como a través de la educación y la información
ética de los medios de comunicación, proporcionando información objetiva y
basada en hechos de manera que respete la dignidad de todos y no fomente una
mentalidad divisiva de ‘nosotros contra ellos’”.
Sin embargo, advirtió también que
“as leyes y normas que tratan de erradicar la discriminación y la intolerancia
deben respetar el derecho a la libertad de opinión, pensamiento, religión y
conciencia”.
Y es que “los derechos humanos
universales son indivisibles e interdependientes y, por tanto, no pueden
existir en oposición”.
“La vigilancia, la investigación
y el enjuiciamiento de los incidentes de racismo, discriminación racial,
xenofobia y formas conexas de intolerancia no deben convertirse nunca en una
justificación para que los Estados violen los derechos humanos de las minorías
o censuren sus opiniones”, subrayó.
Por Miguel Pérez Pichel
Fuente: ACI Prensa