En la historia de la Iglesia las herejías han contribuido a reforzar la fe
| INAH |
Las
herejías suscitan dudas e interpretaciones alternativas a la doctrina católica.
De esta manera, crean roces y divisiones, pero le permiten también a la Iglesia
definir mejor y profundizar la verdad en la que cree y pide creer.
Herejías conocidas
Una de las herejías más conocidas es el arrianismo, en
el siglo IV. Esta doctrina niega la naturaleza divina de Jesús: Él sería solo
una criatura, aunque extraordinaria.
En 325, el Concilio de Nicea declaró que el Hijo es «generado, no
creado, de la misma naturaleza del Padre».
El dogma de la consubstancialidad es una de las piedras angulares
del Credo, llamado precisamente «niceno» que se reza todavía hoy Nestorio,
patriarca de Constantinopla del siglo V para combatir una herejía terminó
volviéndose hereje: negó a la Virgen el título de Madre de Dios, y negó que el
hombre Cristo coincidiera con el Verbo generado por el Padre.
Esa doctrina fue condenada por el Concilio de Éfeso del 431, que
estableció el dogma de la maternidad divina de María atribuyéndole el título de
«Madre de Dios».
Cruzadas
En el pasado, la represión de las herejías llegó a auténticas
cruzadas.
Es el caso de los cátaros, cuya doctrina se difundió entre los
siglos XII y XIV en el sur de Francia y el norte de Italia.
Los cátaros creían en dos principios, el Bien y el Mal, rechazaban
los sacramentos y despreciaban la corporeidad.
Además creían que Jesús era solo un ángel con apariencia de
hombre.
La herejía fue condenada por varios concilios locales y el III
Concilio de Letrán hasta que, en 1208 el Papa convocó una auténtica cruzada:
una guerra de 20 años con enorme derramamiento de sangre, para muchos
historiadores fue un genocidio.
El Rosario
En aquellos años santo Domingo de Guzmán comprometido en predicar
contra la herejía cátara fundó la orden dominica.
La misma Virgen se le apareció indicándole el rosario como la
oración más eficaz para combatir las herejías sin violencia.
También
san Antonio de Padua predicó contra la herejía cátara al punto de ser llamado
«martillo de los herejes».
Gran defensor de la fe contra los herejes fue san Agustín; él
mismo llegó a la fe tras un atormentado camino de dudas y búsqueda.
Él predicó y escribió contra los maniqueístas, donatistas y
pelagianos.
Al hacer esto legó a toda la Iglesia un profundo pensamiento
teológico, tanto que fue incluido entre los doctores de la Iglesia.
Negación del libre albedrío y predestinación: el jansenismo se
desarrolló entre los siglos XVII y XVIII y fue condenado en varias
ocasiones por la Iglesia.
Pero la respuesta católica a esa herejía vino sobre todo por el
desarrollo de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús,
que atrajo la atención a la misericordia de Dios.
Modernismo, ¿una herejía?
Finalmente el Modernismo, está entre las
herejías más recientes: se trataba de un intento por adaptar la fe al espíritu
racionalista de los tiempos y todavía hoy hace sentir su influencia en un
cierto sentimentalismo e intimismo al que se relega la fe.
En su encíclica de condena el papa Pío X habla de un «resumen de
herejías» entre las más peligrosas de la historia de la Iglesia
Hay muchas otras herejías y falsas doctrinas cristianas que se han
sucedido durante los siglos.
Como creyentes el catecismo puede ser una válida ayuda para
profundizar el conocimiento de la fe y para protegernos de posibles errores
doctrinales.
Marinella Bandini
Fuente: Aleteia





