En la audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco inició un nuevo ciclo de catequesis dedicado al esposo de María y padre putativo de Jesús
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La elección de Belén y Nazaret,
explicó, dice que "la periferia y la marginalidad son preferidas por
Dios". Y propuso una nueva oración a san José: "Ayúdanos a preferir
lo que el mundo descarta"
Tras terminar la serie de catequesis sobre la Carta de
San Pablo a los Gálatas, este miércoles 17 de noviembre el Papa Francisco –
durante su tradicional audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI de la
Ciudad del Vaticano – comenzó un nuevo tema de reflexiones semanales referidas
a San José. “San José y el ambiente en el que vivió” es el título de la
catequesis que se introdujo con la lectura en ocho idiomas de la lectura
bíblica (Mi 5, 1.2-3.4) que reza:
Mas tú, Belén Efrata, aunque eres la menor entre
las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en
Israel […]. Por eso él los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz
la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los
hijos de Israel. El se alzará y pastoreará con el poder de
Yahveh, con la majestad del nombre de Yahveh su Dios. […] El será la
Paz.
San José y el ambiente en el que vivió
El Santo Padre comenzó recordando a los queridos
hermanos y hermanas presentes tras darles los buenos días, que el 8 de
diciembre de 1870, el beato Pío IX proclamó a San José patrón de la Iglesia
universal. A lo que añadió textualmente:
Estamos viviendo un Año especialmente dedicado a él,
con motivo del 150º aniversario de su proclamación como patrono de la Iglesia
universal. En la Carta apostólica ‘Patris corde’ recogí algunas reflexiones
sobre él. Espero que, en este tiempo de crisis global que estamos viviendo, nos
confiemos a su intercesión, y su ejemplo nos edifique y nos guíe cada día.
Oración a San José
En efecto el Pontífice explicó que por esta razón
decidió dedicarle una serie de catequesis a este santo tan querido. Y manifestó
su deseo de “enviar un mensaje a todos los hombres y mujeres que viven en las
periferias geográficas más olvidadas del mundo o que viven situaciones de
marginalidad existencial”. “Que puedan encontrar en San José – dijo Francisco –
el testigo y el protector al que mirar. A él podemos dirigirnos con esta
oración”:
“San
José, tu que siempre te has fiado de Dios, y has tomado tus decisiones guiado
por su providencia, enséñanos a no contar tanto en nuestros proyectos, sino en
su plan de amor. Tú que vienes de las periferias, ayúdanos a convertir nuestra
mirada y a preferir lo que el mundo descarta y pone en los márgenes. Conforta a
quien se siente solo. Y sostiene a quien se empeña en silencio por defender la
vida y la dignidad humana. Amén”
Un hombre de fe, que confía en los
designios de Dios
El Papa recordó que en la Biblia hay más de diez
personajes con el nombre de José, que en hebreo significa ‘que Dios te haga
crecer’. Y explicó que este detalle nos permite reconocer un rasgo que
distingue a san José: “es un hombre de fe, que confía en los designios y en la
providencia de Dio”. Otro aspecto de su figura son las principales referencias
geográficas de su vida, Belén y Nazaret, que eran dos lugares periféricos.
“Esto – prosiguió diciendo Francisco – nos recuerda que tenemos que estar
atentos a lo que el mundo ignora, y recuperar una mirada que sepa discernir y
valorar lo esencial”.
Saludos del Papa
Tras el resumen de su catequesis en nuestro
idioma, el Santo Padre saludó cordialmente
a los diversos grupos de fieles y peregrinos presentes. En lengua
española, el Obispo de Roma lo hizo con estas palabras:
“Hoy,
de modo particular, quisiera que mi mensaje llegue a todos los hombres y
mujeres que viven en las periferias más olvidadas y que atraviesan situaciones
de marginalidad. Que san José los proteja, y no se olviden de acudir a él en
todo momento con confianza y amor filial. Que Dios los bendiga. Muchas gracias”
Al saludar a los peregrinos de habla portuguesa, el
Papa les dejó una invitación:
“Los
invito a pedir la intercesión de San José para que crezca nuestra confianza en
los planes amorosos de la Divina Providencia y podamos amar más a los que el
mundo descarta y deja al margen. ¡Que Dios los bendiga!”
A los participantes de lengua inglesa, especialmente a
los grupos procedentes de los Países Bajos, Dinamarca y los Estados Unidos de
América, Francisco les dijo:
En este mes de noviembre recemos por los seres
queridos que nos han dejado y por todos los difuntos, para que el Señor, en su
misericordia, los acoja en el Reino de los cielos. Invoco sobre ustedes y
sus familias la alegría y la paz de Cristo. ¡Que Dios los bendiga!
Al dirigirse a los fieles procedentes de los países
francófonos, en particular a las Hermanas Hijas del Corazón de María, a los
elegidos de Hauts de Saine, acompañados por el Obispo de Nanterre, y al grupo
de Alfabetización y Salud para todos de Camerún, Francisco les dijo:
Que san José, venido de las periferias, nos ayude a
convertir nuestra mirada y a ocuparnos de las personas descartadas y a las que
están marginados de la sociedad. ¡Mi bendición para todos!
A los queridos hermanos y hermanas de lengua alemana,
el Papa les dijo que “siempre y en todas las necesidades de nuestro tiempo y de
nuestra vida podemos acudir a san José”. Siguiendo su ejemplo,
confiemos plenamente en Dios y, al mismo tiempo, aportemos nuestra humilde y
obediente contribución al plan divino de salvación.
A los grupos de peregrinos polacos, el Papa les recordó
que “San José, Custodio de la Iglesia, es un hombre de profunda fe, valiente y
humilde”. En este tiempo, marcado por la crisis global y la pérdida de
valores, invoquémoslo para que nos enseñe a ver lo que el mundo pone al margen
y rechaza. Que su intercesión nos ayude a ser sensibles a los demás. Los
bendigo de corazón.
Al saludar a los fieles de habla árabe Francisco los
invitó a pedir a san José, “que viene de las periferias, que nos ayude a
convertir nuestra mirada y a preferir lo que el mundo descarta y
margina”. Y que ustedes, que viven en las periferias geográficas más
olvidadas del mundo o que viven situaciones de marginalidad existencial, que
encuentren en san José el testigo y el protector al que mirar. ¡Que el Señor
los bendiga a todos y los proteja siempre de todo mal!
Por último, antes de cantar el Padrenuestro en latín y
de impartir su bendición apostólica final, el Pontífice saludó a los fieles y
peregrinos de lengua, Ante todo dio su cordial a los participantes en la
Conferencia de la conexión nacional de los santuarios, al grupo del Policlínico
San Mateo de Pavía y a los fieles de Sant'Elpidio a Mare.
A todos ellos el Obispo de Roma los animó a adherirse
“con alegría a la voluntad de Dios, encomendándose a la protección maternal de
la Virgen María”.
Además, como es costumbre, el pensamiento del Santo
Padre se dirigió a los ancianos, enfermos, jóvenes y recién casados presentes
en el Aula Pablo VI, a quienes les dijo:
“La
liturgia de hoy conmemora a Santa Isabel de Hungría, mujer de profunda fe y
ardiente caridad. Que el ejemplo y la intercesión de esta ilustre santa de la
caridad ayude a cada uno de ustedes a vivir una vida virtuosa, saliendo al
encuentro, con ánimo abierto, a los pobres y a todos los necesitados. A todos
ustedes mi bendición”
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