Pobre, cercano, compasivo... la propuesta del Papa a los obispos italianos con motivo de su Asamblea General Extraordinaria inaugurada en Roma el 22 de noviembre de 2021
| fot. Biuro Prasowe KEP |
El Papa Francisco confió las
“Bienaventuranzas del Obispo” a los obispos italianos con motivo de su Asamblea
General Extraordinaria inaugurada en Roma el 22 de noviembre de 2021.
Construido sobre el formato de
las ocho bienaventuranzas pronunciadas por Jesús en su Sermón de la Montaña, el
texto transmitido por el Papa fue propuesto recientemente por el arzobispo de
Nápoles.
El Papa, Primado de Italia, se
invitó a sí mismo al primer día de la Asamblea General Extraordinaria de la
Conferencia Episcopal Italiana reunida en Roma del 22 al 25 de noviembre de
2021. Un encuentro de tres días durante el cual los obispos italianos deben
trabajar sobre el tema de la «Ruta sinodal de las Iglesias en Italia».
Estas “Bienaventuranzas” fueron
pronunciadas el pasado 31 de octubre por Mons. Domenico Battaglia, arzobispo de
Nápoles, con motivo de la ordenación de tres obispos auxiliares.
Aquí está el texto, traducido al
español, enviado a los obispos italianos.
1. POBRE Y GENEROSO
Bienaventurado el obispo que hace
de la pobreza y del compartir su estilo de vida, porque construye el Reino de
los Cielos a través de su testimonio.
2. SABE LLORAR
Bienaventurado el obispo que no
teme mancharse el rostro de lágrimas, para que se reflejen los sufrimientos de
las personas, el cansancio de los sacerdotes, y que encuentra el consuelo de
Dios en el abrazo del que sufre.
3. AL SERVICIO
Bienaventurado el obispo que
considera su ministerio como un servicio y no como un poder, haciendo de la
mansedumbre su fuerza, dando a todos el derecho de ciudadanía en su corazón, a
habitar la tierra prometida a los mansos.
4. CERCANO
Bienaventurado el obispo que no
se encierra en palacios de gobierno, que no se convierte en un burócrata más
preocupado por las estadísticas que por los rostros, por los trámites que por
las historias, y que busca luchar junto al hombre por el sueño de justicia de
Dios, por el Señor, encontrado en el silencio de su oración diaria, será su
alimento.
5. COMPASIVO
Bienaventurado el obispo que
tiene un corazón por la miseria del mundo, que no tiene miedo de ensuciarse las
manos con el barro del alma humana para encontrar el oro de Dios, que no se
escandaliza por el pecado y la fragilidad de los demás porque él es consciente
de su propia miseria, porque la mirada del Crucificado Resucitado será para él
el sello del perdón infinito.
6. SIN DOBLEZ
Bienaventurado el obispo que
destierra de su corazón la doblez, que evita cualquier dinámica ambigua, que
sueña con el bien en medio del mal, porque podrá alegrarse en el rostro de
Dios, encontrando su reflejo en cada charco de la ciudad de los hombres.
7. BUSCA LA PAZ
Bienaventurado el obispo que
trabaja por la paz, que acompaña los caminos de la reconciliación, que siembra
en el corazón del sacerdote la semilla de la comunión, que acompaña a una
sociedad dividida en el camino de la reconciliación, que toma de la mano a cada
hombre y a cada mujer de buena voluntad para construir la fraternidad: Dios lo
reconocerá como su hijo.
8. VALIENTE
Bienaventurado el obispo que, por
el Evangelio, no teme ir a contracorriente, con rostro decidido como el de
Cristo en su camino a Jerusalén, sin dejarse reprimir por incomprensiones y
obstáculos, porque sabe que el Reino de Dios avanza en medio de las
contradicciones del mundo.
I. Media
Fuente: Aleteia





