1 – Enero. Sábado. Octava de la Natividad del Señor. Santa María, Madre de Dios
Misioneros digitales católicos MDC |
Evangelio
según san Lucas 2, 16-21
Fueron
corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el
pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos
los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María,
por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y
se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían
oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron
los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo
había llamado el ángel antes de su concepción.
Comentario
Ser madre
siempre es un plan de Dios. Pero ser la Madre de Dios estaba pensado solo para
una mujer en la historia, María de Nazaret.
Y ¿qué hace
quien hace la voluntad de Dios? En los acontecimientos de la Navidad muchos
oyen palabras divinas, como los pastores el anuncio de los ángeles o Zacarías
la predicción de Gabriel, pero María hace algo más, ella “guarda todas estas
cosas y las pondera en su corazón”. Se trata de una actitud que encontramos
otras veces en María (cf. Lc 2,51).
Algunos
artistas representan la escena de la anunciación como la Palabra de Dios que
entra en el oído de María. Durante siglos en la antigüedad y la Edad Media tuvo
especial difusión la creencia que la Virgen habría concebido a Jesucristo por
el oído.
Esta actitud
específica de nuestra Madre nos invita a renovar el deseo, al principio de un
nuevo año, de acercarnos a la Palabra como algo que genera vida divina en
nosotros y a nuestro alrededor. A veces será una frase de una lectura de la
Misa, otras veces un salmo o un versículo del Evangelio leído antes de ir a la
cama.
Una vez, a una
mujer que escuchaba a Jesús le brotó del corazón una alabanza al vientre que le
había llevado, pero el Maestro había replicado: “Bienaventurados más bien los
que escuchan la palabra de Dios y la guardan” (Lc 11,28).
Si intentamos
escuchar con atención lo que Dios nos dice y lo ponemos por obra, nos
llenaremos de maravilla como los pastores y toda nuestra vida será para la
gloria de Dios.
Giovanni
Vassallo
Fuente: Opus
Dei