En la Misa celebrada en el Vaticano este 23 de enero, tercer Domingo de la Palabra de Dios, el Papa Francisco solicitó volver a colocar las Sagradas Escrituras “en el centro de la pastoral y de la vida de la Iglesia”
Papa Francisco en el Domingo de la Palabra de Dios 2020. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
“¡Volvamos a poner la Palabra de Dios en el centro de la pastoral
y de la vida de la Iglesia! Así seremos libres de todo pelagianismo rígido y
seremos libres de las ilusiones, de espiritualidad que te coloca en la órbita
sin cuidar a los hermanos y hermanas. ¡Volvamos a poner la Palabra de Dios en
el centro de la pastoral y de la vida de la Iglesia! Escuchémosla, recemos con
ella, pongámosla en práctica”, dijo el Santo Padre en su homilía.
En esta línea, el Santo Padre subrayó que “la Palabra que se ha hecho carne
quiere encarnarse en nosotros. No nos aleja de la vida,
sino que nos introduce en la vida, en las situaciones de todos los días, en la
escucha de los sufrimientos de los hermanos, del grito de los pobres, de la
violencia y las injusticias que hieren la sociedad y el planeta, para no ser
cristianos indiferentes sino laboriosos, cristianos creativos, cristianos
proféticos”.
De este modo, el Santo Padre alentó a preguntarnos: “¿queremos imitar a Jesús, ser
ministros de liberación y de consolación para los demás? Es
decir, actuar la Palabra. ¿Somos una Iglesia dócil a la Palabra? ¿Una Iglesia
con capacidad de escuchar a los demás, que se compromete a tender la mano para
aliviar a los hermanos y las hermanas de aquello que los oprime, para desatar
los nudos de los temores, liberar a los más frágiles de las prisiones de la
pobreza, del cansancio interior y de la tristeza que apaga la vida? ¿Queremos
esto?”.
Después de la homilía, el Santo Padre instituyó por primera
vez el ministerio de lectorado y de catequista a 16 fieles laicos.
En concreto, recibieron el ministerio del lectorado ocho fieles
-seis mujeres y dos hombres- quienes recibieron una Biblia y
otras ocho personas recibieron el ministerio laical de catequista -cinco
hombres y tres mujeres- quienes recibieron un crucifijo plateado, reproducción de la cruz pastoral
utilizada primero por San Pablo VI y luego por San Juan Pablo II.
Entre los candidatos al ministerio del lectorado se encontraron personas
procedentes de Corea del Sur, Pakistán, Ghana y varias partes de Italia,
mientras que los candidatos al ministerio de catequistas se encontraron dos
laicos del Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Perú) en la Amazonia, dos fieles
de Brasil que ya están involucrados en la formación de catequistas, una mujer
de Kumasi, Ghana, el actual Presidente del Centro de Oratorios Romanos
(el Centro Oratori
Romani), un laico de Łódź (Polonia) y una fiel laica de Madrid
(España).
Al referirse al ministerio de lectores y catequistas, el Santo
Padre subrayó que “están llamados a la tarea importante de servir el Evangelio de Jesús, de
anunciarlo para que su consuelo, su alegría y su liberación lleguen a todos”.
“Esta es también la misión de cada uno de nosotros: ser
anunciadores creíbles, profetas de la Palabra en el mundo. Por eso,
apasionémonos por la Sagrada Escritura. Dejémonos escrutar interiormente por
la Palabra, que revela la novedad de Dios y nos lleva a amar a los demás sin
cansarse”, invitó el Papa Francisco.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa