Los que han vivido hasta ahora una experiencia sinodal hablan de una experiencia gozosa y hablan de una verdadera transformación en su pertenencia a la comunidad eclesial
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El pasado 26 de enero, el XV
Consejo Ordinario del Sínodo de los Obispos se reunió de forma presencial y
online. En el centro de los trabajos, una revisión de la marcha del proceso
sinodal y una nota para los "informes" de las Diócesis, las Conferencias
Episcopales, los Sínodos de las Iglesias Orientales u otros Organismos
Eclesiales.
Tres meses después de la apertura
del proceso sinodal, el Consejo Ordinario expresó su gran satisfacción por el
progreso del proceso a nivel local, así lo informó la Secretaria General del
Sínodo de los Obispos. En un Comunicado de prensa dio a conocer que, hasta el
98% de las Conferencias Episcopales y los Sínodos de las Iglesias Orientales de
todo el mundo han designado a una persona o a todo un equipo para llevar a cabo
el proceso sinodal. La evaluación del Consejo Ordinario se apoyó en los
resultados que surgieron de los intercambios durante una quincena de encuentros
en línea con los encargados sinodales de todo el mundo organizados por la
Secretaría General del Sínodo de los Obispos en noviembre-diciembre de
2021.
El proceso sinodal a nivel global
¡La Iglesia va de camino! Muchas
diócesis y otras realidades eclesiales han iniciado el proceso sinodal. Los
laicos, organizados o no, y la vida consagrada en particular están mostrando un
gran entusiasmo, que se está traduciendo en una miríada de iniciativas
destinadas a promover la consulta y el discernimiento eclesial. Así lo
confirman los numerosos testimonios recibidos por la Secretaría General
procedentes de todo el mundo y publicados periódicamente en la página web
synodresources.org: además de ser un motivo de esperanza, son un signo de que
el Espíritu Santo está actuando.
Los que han vivido hasta ahora
una experiencia sinodal hablan de una experiencia gozosa y hablan de una
verdadera transformación en su pertenencia a la comunidad eclesial.
El proceso sinodal es acogido con
alegría
En general, está claro que el
momento del lanzamiento, la forma de consulta y la participación del Pueblo de
Dios varían de una región del mundo a otra. En particular, el proceso sinodal
es acogido con alegría y entusiasmo en varios países de África, América Latina
y Asia. Cuando un proceso sinodal diocesano o nacional ya estaba en marcha o a
punto de iniciarse, se armonizaron las dos dinámicas sinodales. La ampliación de
la fase de escucha del Pueblo de Dios fue especialmente apreciada.
Los documentos publicados por la
Secretaría General tuvieron una buena acogida, y se hizo un esfuerzo encomiable
para traducirlos localmente. En algunos países, la tarea se complica por las
distancias y la multiplicidad de las lenguas locales.
La dimensión ecuménica está bastante
bien integrada y sigue las indicaciones sugeridas en la carta conjunta
del Cardenal Koch y del Cardenal Grech del 29 de octubre. También hay cierto
entusiasmo y deseo por parte de otras confesiones cristianas de contribuir al
camino emprendido por la Iglesia católica. En cuanto a la dimensión
interreligiosa, ésta se impone naturalmente en los países donde los cristianos
son minoría. También en este caso se espera una contribución importante.
La comunicación a través de
diversos medios y plataformas
Se ha hecho un esfuerzo coherente
para promover la comunicación a través de diversos medios y plataformas online.
En muchas diócesis y conferencias episcopales han surgido sitios web y páginas
en las redes sociales para ofrecer e informar sobre el camino en sus propias
realidades. Por su parte, la Secretaría General utiliza, además del sitio web
institucional synod.va, otras herramientas como una newsletter semanal, un
sitio web que recoge las experiencias y recursos producidos a nivel local (synodresources.org)
y un sitio de oración por el sínodo (prayforthesynod.va)
creado junto con la Red Mundial de Oración del Papa y la Unión Internacional de
Superioras Generales.
Los desafíos del proceso sinodal
Si bien el proceso sinodal es
percibido por muchos fieles como un momento crucial para la Iglesia, un proceso
de aprendizaje, conversión y renovación de la vida eclesial, surgen también
algunas dificultades. El miedo y la reticencia se dan entre algunos grupos de
fieles y entre el clero. También se percibe cierta desconfianza entre los
laicos, que dudan de que su contribución sea realmente tenida en cuenta.
La actual situación de pandemia
también constituye un gran obstáculo, que limita en gran medida las reuniones
presenciales. La consulta del Pueblo de Dios no puede reducirse a un simple
cuestionario, ya que el verdadero reto de la sinodalidad es precisamente la
escucha mutua y el discernimiento comunitario.
El proceso sinodal muestra
también algunos retos recurrentes
Entre los retos más frecuentes se
presentan: la necesidad de formación, especialmente en la escucha y el
discernimiento para que el Sínodo sea auténticamente un proceso espiritual y no
se reduzca a un debate parlamentario; evitar la autorreferencialidad en las
reuniones de grupo, porque la escucha de los demás, que se basa en la oración y
la escucha de la Palabra de Dios, sólo puede conducir a la apertura a los demás
con vistas al anuncio del Evangelio. Una iglesia sinodal es una iglesia
misionera en la que cada bautizado se siente corresponsable de la misión de la
Iglesia; la necesidad de encontrar nuevas formas de mejorar la participación de
los jóvenes; la implicación de los que viven al margen de las instituciones
eclesiásticas; y, por último, la desorientación expresada por parte del clero.
Conclusión
En conclusión, puede decirse que
la novedad del proceso sinodal suscita ciertamente mucha alegría y dinamismo,
pero también una serie de incertidumbres que deben ser abordadas. Cada vez hay
más conciencia de que la conversión sinodal a la que está llamado cada
bautizado es un proceso largo que durará más tiempo que el proceso en sí. Desde
muchos sectores se desea que el camino iniciado a nivel local continúe a lo
largo del proceso sinodal y mucho más allá, para que la comunidad eclesial
pueda hacer cada vez más tangible la sinodalidad como dimensión constitutiva de
la Iglesia.
Nota para la elaboración de las
síntesis
En respuesta a las numerosas
peticiones recibidas por la Secretaría General, se está preparando una Nota
para la elaboración de las "síntesis" por parte de las diócesis y
Conferencias Episcopales. Se trata de una herramienta al servicio de las distintas
realidades eclesiales que se comprometerán en los próximos meses a elaborar los
resultados de su discernimiento eclesial. La Nota propone la idea de que la
redacción de la síntesis es, en sí misma, un acto de discernimiento, es decir,
el fruto de un proceso espiritual y de un trabajo en equipo.
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