En un tuit desde su cuenta @Pontifex, Francisco recuerda el Acto de Consagración de la humanidad, en particular de Rusia y Ucrania. La teóloga Cettina Militello: "Rezar es abrirse a Dios y así construir la paz"
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La celebración de la Penitencia en la Basílica de San Pedro con la consagración a María, en particular de Rusia y Ucrania (Vatican Media) |
Una exhortación a la oración, un
agradecimiento por participar en el Acto de consagración de la humanidad a
María el pasado viernes en la Basílica Vaticana. El Papa Francisco confía sus
pensamientos a twitter:
“#OremosJuntos, sin cansarnos, a
la Reina de la paz, a la cual hemos consagrado la humanidad, en particular
Rusia y Ucrania, con una participación grande e intensa, por la que os doy las
gracias a todos vosotros.”
Oración, corazón de la paz
La teóloga Cettina Militello habló con Vatican News sobre la importancia de algunos pasajes de la oración del Papa.
"Me
parece muy hermosa -dice- la referencia a las bodas de Caná: se nos ha acabado
el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, hemos perdido la
fraternidad, son palabras muy acertadas que expresan por un lado el papel de
María en Caná donde interviene porque Jesús realiza el primero de los signos, y
luego se plantea precisamente la situación de malestar, de sufrimiento, de
drama que vivimos hoy porque la esperanza nunca debe faltar. Estos son los
rasgos típicos de la guerra porque la guerra, por definición, es ignorar las
reglas de la humanidad".
La teóloga reflexiona entonces sobre María, la mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu, que nos devuelve la armonía de Dios. En la homilía de la celebración del viernes, Francisco subrayó la necesidad de cambiar nuestros corazones.
"Orar -dice Cettina Militello-
es vaciarse y abrirse a Dios, el corazón que se abre a su presencia es el
primer paso para construir la paz, que luego se confía a la acción del Espíritu
Santo. Otra cosa, añadió, es la llamada a la prisa: un tema que exige
celeridad. "Debemos tomar decisiones rápidamente, movernos para lograr lo
que constituye el corazón profundo y verdadero de la paz".
Benedetta Capelli y Fabio
Colagrande - Ciudad del Vaticano
Vatican News






