7 – Marzo. Lunes de la I semana de Cuaresma
| Misioneros digitales católicos MDC |
Evangelio según san Mateo 25,
31-46
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los
justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o
con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos,
o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos
a verte?”.
Y el rey les dirá: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también estos contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Él les replicará: “En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”. Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».
Comentario
San Mateo nos regala uno de los
pasajes evangélicos más hermosos. Podríamos estar horas hablando y meditando.
Dentro de su aparente sencillez se encierra una profundidad que nos llama a la
reflexión. Jesús nos habla del juicio final, de lo que ocurrirá en el supremo
momento y de por qué unos irán a la gloria y otros no. Y es muy claro en sus
palabras “Lo que hicisteis con ellos, conmigo lo hicisteis y lo que no
hicisteis con ellos conmigo no lo hicisteis”.
¿Y qué es lo que hicimos o
dejamos de hacer? AMAR, TENER MISERICORDIA. En las peores circunstancias, en la
enfermedad, en la cárcel, en la pobreza... Querer a alguien cuando las cosas
van bien es muy fácil, pero... cuando vienen mal dadas es otra cosa.
Una de las características de la
Orden de Predicadores es la misericordia. Santo Domingo de Guzmán la practicó
desde muy joven, en sus tiempos de estudiante en Palencia cuando se desprendió
de su bien más preciado (los libros) para dar de comer a quienes pasaban
hambre. Y lo hizo por amor a Dios y al prójimo. Hoy tenemos muchas ocasiones
para seguir su ejemplo. Cuántos enfermos, cuántos desterrados, cuántos
marginados, cuántos hambrientos nos tienden la mano cada día y no somos capaces
de verlos...Vivimos en un mundo que va muy deprisa, siempre andamos atentos a
nuestros quehaceres, a las últimas noticias, a lo que está o no de moda y
parece que no tuviéramos tiempo para los demás, los que de verdad nos necesitan
¿No será porque no tenemos en el centro de nuestra vida a Dios? ¿No será porque
no amamos en el sentido evangélico? Os propongo que al hilo de esta Lectura
reflexionemos sobre las prioridades de nuestro corazón.
Fuente: Dominicos





