Al concluir el rezo del Ángelus este domingo 12 de junio, el Papa Francisco destacó el ejemplo de diez nuevas beatas religiosas mártires y rezó para que su ejemplo de fidelidad a Cristo nos ayude a todos “a dar testimonio del Evangelio con valentía”
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Papa Francisco. Foto: Daniel Ibañez /ACI Prensa. Retrato 10 beatas. Foto: Joanna Jureczko / EWTN Polska |
Ante numerosos peregrinos
reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano para la oración
mariana, el Santo Padre recordó la reciente beatificación en Polonia de
estas religiosas que murieron mártires durante una invasión soviética por
defender su castidad.
“Ayer, en Breslavia (Polonia),
fueron beatificadas Sor Pasqualina Jahn y nueve hermanas mártires de la
Congregación de las Hermanas de Santa Isabel, asesinadas al final de la Segunda
Guerra Mundial en un contexto hostil a la fe cristiana”, dijo el Papa.
La ceremonia
se llevó a cabo el 11 de junio en la Catedral de San Juan Bautista en
Breslavia y fue presidida por el prefecto del Dicasterio para las
Causas de los Santos, el Card. Marcello Semeraro.
“Estas diez
religiosas, a pesar de ser conscientes del peligro que corrían, permanecieron
cerca de los ancianos y enfermos a los que cuidaban. Que su ejemplo de
fidelidad a Cristo nos ayude a todos, especialmente a los cristianos
perseguidos en distintas partes del mundo, a dar testimonio del Evangelio con
valentía”, indicó el Papa quien pidió “¡un aplauso para las nuevas Beatas!”.
Beatificación en Polonia
Durante la Misa, el Cardenal
Semeraro reconoció
el martirio de estas mujeres en odio a la fe ocurrido en 1945 y
pronunció el nombre de las diez nuevas beatas añadiendo una frase a cada una de
ellas: Paschalis Jahn, “con el corazón lleno de amor”; Melusja Rybka, “mujer
fuerte”; Edelburgis Kubitzki, “ejemplo de pobreza evangélica”; Adela Schramm,
“virgen prudente”; Acutina Goldberg, “amante de la justicia”; Adelheidis
Töpfer, “modelo de fe”; Felicitas Ellmerer, “obediente hasta el final”; Sabina
Thienel, “con la mirada llena de confianza”; Rosaria Schilling, “fortalecida
por la penitencia”; y Sapientia Heymann, “virgen sabia”.
Además del martirio, el enviado
papal señaló que toda la vida de estas mujeres fue “un verdadero don de sí
mismas al servicio de los enfermos, los pequeños, los pobres, los frágiles” y
subrayó que su “caridad desinteresada y heroica” que las impulsó a permanecer
en Breslavia ante el riesgo de la invasión soviética.
En esta línea, el Cardenal
Semeraro resaltó la riqueza espiritual de las nuevas beatas y la enseñanza para
el momento actual: “su martirio nos hace pensar en las circunstancias que
vivimos hoy, en la Europa del Siglo XXI. Son circunstancias en las que, ante
escenas de violencia perpetrada, de crueldad feroz, de odio injustificado,
sentimos la necesidad de alimentar el deseo de paz y la construcción de la
concordia con gestos de caridad, apertura, acogida y hospitalidad”, indicó el
Purpurado.
“La paz se construye con gestos
concretos de caridad desinteresada, se sirve con dedicación y fidelidad cuando
se nos pide que cuidemos de los demás. Esta es la respuesta concreta que, junto
a la oración, cada uno de nosotros puede ofrecer ante tanta crueldad, barbarie
e injusticia, de la que somos testigos. En esto las nuevas beatas son un gran
ejemplo para nosotros”, concluyó el enviado papal.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa