Pidamos al Señor que nos haga salir de nuestra indiferencia egoísta para ponernos en camino
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Papa Francisco. Crédito: María Testino / ACI Prensa |
Antes del rezo del Ángelus este domingo, el Papa Francisco meditó
sobre la parábola del Buen Samaritano, y propuso una breve oración para
aprender a ser compasivo como él, especialmente con los que sufren y los más
necesitados.
Desde el balcón del Palacio Apostólico del Vaticano y ante miles
de fieles en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre recordó que en la parábola
un samaritano se detiene ante un hombre que fue asaltado y golpeado, y que
antes había sido ignorado por un sacerdote y un levita.
En la parábola, el creyente puede reconocer que es “un caminante,
alguien que está en camino, que busca seguir las huellas de Cristo”, el Buen
Samaritano.
Este pasaje del Evangelio, resaltó el Papa Francisco, “nos enseña a seguir a Jesús, porque seguirlo
nos enseña a tener compasión: a acogernos unos a otros, sobre todo a quien
sufre, al necesitado. Es intervenir como el Samaritano: no irse sino quedarse”.
Con esta parábola no es necesario buscar “culpables” sino
“reconocer cuando estemos siendo indiferentes, nos justificamos y no nos
quedamos allí. Lo debemos reconocer, es un error, pero pidamos al Señor que nos haga salir
de nuestra indiferencia egoísta para ponernos en camino”.
“Pidámosle tener compasión. Esta es una gracia, debemos pedirla al Señor:
‘Señor, que yo vea, que tenga compasión como Tú me ves a mí y tienes compasión
de mí”.
“Esta es la oración que hoy les sugiero a ustedes: ‘Señor, que yo vea, que tenga
compasión como Tú me ves a mí y tienes compasión de mí’. Que
tengamos compasión de quienes encontramos a lo largo del camino, sobre todo del
que sufre, para acercarnos a hacer lo que podamos para dar una mano”.
El Santo Padre cuestionó luego a los cristianos que dan limosna
sin tocar las manos ni ver los ojos de quienes la reciben.
“Si das limosna sin tocar la realidad, sin mirar a los ojos de la
persona necesitada, esa limosna es para ti, no para ella. Piensa esto: ‘¿Toco las miserias, también las
miserias de a quienes ayudo? ¿Miro los ojos de las
personas que sufren, de las personas que ayudo? Les dejo ese pensamiento: ver y
tener compasión”.
“Que la Virgen María nos acompañe en este camino de crecimiento.
Ella, que nos ‘muestra el Camino’, es decir Jesús, nos ayude también a ser cada
vez más ‘discípulos del Camino’”, concluyó el Papa Francisco.
Por Walter Sánchez Silva
Fuente: ACI Prensa