Debido al apoyo de la Iglesia católica a los movimientos ciudadanos de oposición al régimen durante las movilizaciones de 2018, la presión sobre obispos, sacerdotes y fieles laicos se fue incrementando
![]() |
Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa (Nicaragua). Crédito: Diócesis de Matagalpa |
Al menos dos archidiócesis
españolas han mostrado su apoyo a la Iglesia en Nicaragua perseguida por el
dictador Daniel Ortega a través de las redes sociales, con mensajes de
solidaridad, en especial con el Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando José
Álvarez.
Desde la cuenta oficial de la
Archidiócesis de Toledo, Primada de España, han encomendado a toda la Diócesis
de Matagalpa “en estos momentos críticos”, al tiempo que piden “al Señor el don
de fortaleza para sus pastores y fieles laicos”.
Este mensaje se envía comentando
otro del propio Mons. Álvarez en el que recuerda el mandamiento nuevo del amor:
“Ámense los unos a los otros como yo los he amado”.
Por su parte, el Arzobispo Coadjutor Electo de Granada
(España) y Administrador Apostólico de Ávila, Mons. José María Gil Tamayo, ha
expresado su “solidaridad por la Iglesia en Nicaragua”.
Mons. Gil Tamayo subraya que la
Iglesia del país centroamericano está siendo “asediada en su libertad por la
dictadura que gobierna el país”.
La persecución a la Iglesia católica
en Nicaragua se ha ido incrementando desde hace años. No en vano, los obispos
alertaron de la deriva dictatorial del Gobierno de Ortega ya en el año 2014 y a
partir de 2018 el uso de la fuerza indiscriminada ha sido moneda de cambio
habitual por parte del Gobierno.
Debido al apoyo de la Iglesia
católica a los movimientos ciudadanos de oposición al régimen durante las
movilizaciones de 2018, la presión sobre obispos, sacerdotes y fieles laicos se
fue incrementando.
El ejemplo más claro es que quien
fuera Obispo auxiliar de Managua, Mons. Silvio Baez, vive exiliado en los
Estados Unidos después de que se supiera que el sandinista Daniel Ortega había
ordenado su asesinato.
También el Nuncio Apostólico
Mons. Waldemar Stanislaw Sommertag fue expulsado del país en marzo de este año,
circunetancia que fue recibida desde El Vaticano con “sorpresa y dolor”.
“Resulta incomprensible ya que,
durante su misión, S.E. Mons. Sommertag ha trabajado incansablemente por el
bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense, especialmente por los más
vulnerables, buscando siempre favorecer las buenas relaciones entre la Sede
Apostólica y las autoridades de Nicaragua”, expresó la Santa Sede en un
comunicado.
En el mes de julio, fue expulsada
también una comunidad de las Misioneras de la Caridad, fundadas por Santa
Teresa de Calcuta.
Monseñor Álvarez lleva encerrado
en el obispado de Matagalpa en arresto domiciliario de facto, sin juicio,
junto a cinco sacerdotes, tres seminaristas y tres laicos desde primeros del
mes de agosto. Unos días antes el régimen sandinista clausuró las radios
católicas del país por la fuerza.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI Prensa