¿Por qué el Tercer Domingo de Adviento se conoce como “Domingo de Gaudete”? Este artículo responderá esta duda y proporcionará datos interesantes sobre este día y su importancia antes de la Navidad
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| Corona de Adviento / Crédito: Flickr de Damien Walmsley (CC BY-NC 2.0) |
Aquí los 7 datos que todo
católico debe conocer sobre el Domingo de Gaudete.
1. El nombre “Gaudete” proviene
de una palabra en latín de la Biblia
Su nombre se toma de la antífona
de entrada de la Misa, que es: “Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les
digo, ¡regocíjense! Que la gentileza de ustedes sea conocida por todos los
hombres. El Señor está cerca”.
Esta es una cita de Filipenses 4:
4-5, y en latín, la primera palabra de la antífona es gaudete, que
significa “regocija”.
2. “Regocijarse” es importante antes de la llegada de la Navidad
El Adviento es la temporada de
preparación para la llegada del Señor, y al llegar al Tercer Domingo de
Adviento, la mayor parte del camino ya ha sido recorrido. Por lo tanto, es
apropiado regocijarse al ver que se acerca la meta de la temporada: “El Señor
está cerca”.
3. El color litúrgico del Domingo
de Gaudete es preferentemente el rosado
El color litúrgico
correspondiente a este domingo es el color violeta o rosado. Sin embargo, no es
obligatorio su uso, por lo que con cierta frecuencia se continúa vistiendo el
color general del Tiempo de Adviento, el color morado.
4. La primera lectura de este
domingo narra una profecía
La primera lectura es Isaías 35:
1-6a, 10, que se abre con una profecía de que la región desértica se
regocijará, cantará y florecerá con abundantes flores, porque “se verá la
gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios”.
Luego contiene una exhortación a
la fuerza y el coraje: “¡Ánimo, no temáis! Mirad que vuestro Dios viene
vengador; es la recompensa de Dios, Él vendrá y os salvará. Entonces se despegarán
los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán. Entonces saltará
el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo”.
Y concluye: “Los redimidos de
Yahveh volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones, y habrá alegría eterna
sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría les acompañarán! ¡Adiós, penar y
suspiros!”.
Esta profecía utiliza imágenes de
la naturaleza para transmitir la sensación de alegría que experimentaría el
pueblo judío al regresar del exilio. Esto es lo que se quiere decir cuando
describe que el desierto cantará y se cubrirá de flores que “vean la gloria del
Señor”.
El texto representa la venida de
Dios para salvar a su pueblo después de su exilio, e insta a tener paciencia
hasta que llegue; y habla de un Dios obrando milagros entre su pueblo, como la
curación de ciegos, sordos, cojos y mudos. También se promete que traerá de
vuelta a los que ha rescatado y les dará gozo eterno, del cual huirán el dolor
y el lamento.
Llevado al ámbito cristológico,
este pasaje señala el gozo de aquellos que Dios redime de sus pecados a través
de Jesús, y la liberación y la paz espiritual que Él proporciona. Contiene
elementos que apuntan hacia el primer advenimiento de Cristo, cuando realizó
milagros como curar a ciegos, sordos, cojos y mudos; y contiene elementos que
apuntan a la consumación final que ocurrirá con su segunda venida.
5. El Salmo responsorial contiene
una serie de alabanzas
El salmo responsorial del Domingo
de Gaudete es el salmo 146: 6-10, que contiene una serie de alabanzas a Dios,
destacando las cosas buenas que hace: Él mantiene la fe para siempre, asegura
la justicia para los oprimidos, da de comer a los hambrientos, libera a los
cautivos, dar la vista a los ciegos, etc.
El salmo da voz a los fieles que
adoran a Dios por sus maravillas, incluidos los milagros, como la restauración
de la vista a los ciegos. Este milagro también se menciona en la tercera
lectura, y vuelve a ser significativo en la lectura del Evangelio.
A nivel cristológico, apunta al
reino eterno del Hijo, que ha sido inaugurado con la primera venida y que se
consumará en la segunda venida.
6. La segunda lectura es una
exhortación a ser pacientes hasta la venida del Señor
La segunda lectura del Domingo de
Gaudete es Santiago 5: 7-10, que contiene una exhortación a ser pacientes hasta
la venida del Señor. Aquí se compara la paciencia que debe tener el lector con
la de un agricultor, que debe esperar hasta que su cosecha “reciba las lluvias
tempranas y tardías”.
Al igual que en el salmo,
Santiago exhorta a tener fuerza y valor porque “la venida del Señor está
cerca”. También les dice que no se quejen el uno del otro, para que no sean
juzgados. Finalmente, les dice que el Juez está delante de las puertas y que
deben seguir a los profetas como ejemplo de dificultad y paciencia.
7. El Evangelio consta de dos
partes muy marcadas
La lectura del Evangelio es Mateo
11: 2-11 y consta de dos partes. En la primera, Juan el Bautista, que está en
prisión, envía mensajeros a Jesús para preguntarle: “¿Eres tú el que ha de
venir o debemos buscar a otro?”. Jesús responde diciéndoles que le cuenten a
Juan lo que han visto: los ciegos recobran la vista, los cojos andan, los
leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres
se les anuncia la Buena Nueva.
Él añade: “¡Y dichoso aquel que
no halle escándalo en mí!”.
En la segunda parte de la
lectura, mientras los mensajeros se preparan para partir, Jesús rinde homenaje
a Juan el Bautista al hacerle a la multitud una serie de preguntas retóricas
sobre por qué salieron al desierto para ver a Juan cuando estaba ministrando.
Jesús afirma que ellos salieron a
ver a un profeta, “y más que a un profeta”. “Este es de quien está escrito: he
aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu
camino”, dijo Cristo, declarando que era un profeta genuino, y aún más que eso,
era el mensajero profetizado en Malaquías.
Y agregó: “En verdad os digo que
no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin
embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él”.
En este contexto, el Reino de los
Cielos se entiende en su manifestación terrena como la Iglesia, en la era
cristiana, que Juan no vivió para ver.
Traducido y adaptado por Diego
López Marina. Publicado originalmente en National
Catholic Register.
Fuente: ACI Prensa






