Publica su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, en el que reflexiona,
además, sobre la sociedad pospandemia y la guerra
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El Papa Francisco el pasado miércoles durante la audiencia general. Foto: CNS |
La Santa Sede ha hecho público
este viernes el mensaje del Papa Francisco para la 56ª Jornada Mundial de la
Paz, que se celebra el próximo 1 de enero, plantea la necesidad de
responder a retos sociales como garantizar la sanidad pública para todos, la
promoción de la paz, la protección del medio ambiente, la lucha contra la
desigualdad y el hambre, el trabajo digno o la acogida e integración de los
migrantes.
«Las diversas crisis morales,
sociales, políticas y económicas que padecemos están todas interconectadas, y
lo que consideramos como problemas autónomos son en realidad la causa o
consecuencia de los otros. Así pues, estamos llamados a afrontar los retos de
nuestro mundo con responsabilidad y compasión», explica el Pontífice.
Sociedad tras la COVID-19
El texto dedica un gran espacio a
reflexionar sobre la crisis de la COVID-19 y sus consecuencias. Por ejemplo,
Francisco constata que además de las consecuencias físicas, la pandemia ha
provocado «un malestar generalizado que ha calado en los corazones de muchas
personas y familias, con secuelas a tener en cuenta, alimentadas por largos
periodos de aislamiento y diversas restricciones de libertad». También se refiere
a que esta situación amenazó la seguridad laboral de muchas personas, sobre
todo la de los más débiles, y agravó la soledad, ya de por sí muy extendida en
nuestras sociedades.
También habla de las lecciones de
esta situación: «La mayor es la conciencia de que todos nos necesitamos; de que
nuestro mayor tesoro, aunque también el más frágil, es la fraternidad humana.
[…] También hemos aprendido que la fe depositada en el progreso, la tecnología
y los efectos de la globalización no solo ha sido excesiva, sino que se ha
convertido en una intoxicación individualista e idolátrica».
Según concluye, «la pandemia
parece haber sacudido incluso las zonas más pacíficas de nuestro mundo,
haciendo aflorar innumerables carencias»
Guerra en Ucrania
En opinión del Papa, esta
pospandemia no es la era que esperábamos o preveíamos. De hecho, considera que
la guerra en Ucrania, junto con los demás conflictos, «representa una derrota
para la humanidad en su conjunto y no solo para las partes implicadas. Aunque
se ha encontrado una vacuna contra la COVID-19, aún no se han encontrado
soluciones adecuadas para la guerra».
Un conflicto, continúa el Papa,
«impulsado por decisiones humanas reprobables». Y explica: «La guerra en
Ucrania se cobra víctimas inocentes y propaga la inseguridad, no solo entre los
directamente afectados, sino de forma generalizada e indiscriminada hacia todo
el mundo; también afecta a quienes, incluso a miles de kilómetros de distancia,
sufren sus efectos colaterales».
A pesar de la situación, el
mensaje invita «a permanecer despiertos, a no encerrarnos en el miedo, el dolor
o la resignación, a no ceder a la distracción, a no desanimarnos». «Aunque los
acontecimientos de nuestra existencia parezcan tan trágicos y nos sintamos
empujados al túnel oscuro y difícil de la injusticia y el sufrimiento, estamos
llamados a mantener el corazón abierto a la esperanza», subraya.
Fran Otero
Fuente: Alfa y Omega