A las 11:30 a.m. (hora de Roma) comenzó la Misa de cuerpo presente del Cardenal George Pell en la Basílica de San Pedro del Vaticano, en la que participó el Papa Francisco
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| Aciprensa |
La liturgia fúnebre fue celebrada
por el Cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio, en
el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro.
En su homilía, el Cardenal Re
señaló que aunque “la prematura muerte del Cardenal nos haya dejado
consternados, sólo cabe en nuestro corazón la esperanza”.
Evocando la figura del Purpurado
australiano, mencionó que “en muchas situaciones fue un protagonista de
carácter fuerte y decidido, caracterizado por un temperamento fuerte, que a
veces podía parecer duro”.
Recordó también que los últimos
años de su vida “estuvieron marcados por una condena injusta y dolorosa”.
En junio de 2017, el Cardenal
Pell fue acusado de abusos sexuales en Australia y la conclusión inicial del
juicio fue una condena de prisión. El Purpurado pasó 404 días en la
cárcel.
“Fue una experiencia de gran sufrimiento,
soportada con confianza en el juicio de Dios, dando ejemplo de cómo aceptar
incluso castigos injustos con dignidad y paz interior. La fe y la oración
fueron un gran consuelo y apoyo para él”, aseguró el Cardenal Giovanni Battista
Re.
Posteriormente, la justicia le
dio la razón al Cardenal Pell y la Corte Suprema de Australia reconoció su
inocencia, absolviéndolo de todos los cargos y liberándolo en abril de 2020.
Entre los asistentes al funeral
se encontraban el hermano del Cardenal fallecido, David Pell, y su primo Chris
Meney, de Australia.
El Arzobispo Mons. Georg
Gänswein, quien fue secretario del Papa Benedicto XVI y el Cardenal Angelo
Becciu, que afronta un juicio por corrupción financiera en el Vaticano,
concelebraron la Misa junto con otros Cardenales y obispos presentes en Roma.
Al final de la Eucaristía, el
Papa Francisco presidió el rito de la Ultima Commendatio y la Valedictio.
El Cardenal George Pell, prefecto
emérito de la Secretaría de Economía del Vaticano y Arzobispo emérito de
Sidney, falleció en Roma el 10 de enero a los 81 años.
El Purpurado australiano fue hospitalizado en la capital italiana para una
cirugía rutinaria de cadera el 10 de enero. Si bien la operación tuvo éxito, un
paro cardíaco habría acabado con su vida.
El Cardenal será enterrado en la Catedral de Santa María en Sidney,
Australia.
Por Almudena Martínez-Bordiú
Fuente: ACI Prensa






