El Pontífice ha clausurado la semana de oración por la unidad de los cristianos que se ha celebrado del 18 al 25 de enero con una Misa en la basílica de San Pablo Extramuros
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| Vatican News |
El Papa Francisco ha emplazado
a los fieles a
oponerse "a la guerra, a la violencia y la injusticia en todo lugar donde
se insinúen", durante la Misa por la Conversión de San
Pablo al término de la semana de oración por la unidad de los cristianos que se
ha celebrado del 18 al 25 de enero.
"Si queremos que la gracia
de Dios en nosotros no sea estéril, hemos de oponernos a la guerra, la violencia
y la injusticia en todo lugar donde se insinúen", ha proclamado el
Pontífice en
la basílica de San Pablo Extramuros ante los representantes de otras ramas del
Cristianismo.
De esta manera, Francisco ha
clausurado la 56ª semana de oración por la unidad de los cristianos que, en
esta edición, ha transcurrido bajo el lema 'Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia', extraído
del Libro del profeta Isaías, cuya meditación vertebró su homilía.
Precisamente el lema ha sido
elegido por un grupo de fieles de Minnesota que, según el Pontífice, son
"conscientes de las injusticias cometidas en el pasado respecto a los
pueblos indígenas y contra los afroamericanos en nuestros días".
"Frente a las diversas
formas de desprecio y racismo; frente a la comprensión errónea e indiferente y
a la violencia sacrílega, la Palabra de Dios nos amonesta: '¡Aprendan a hacer
el bien! ¡Busquen el derecho!'. En efecto, no es suficiente denunciar; es necesario también
renunciar al mal", ha expresado.
Francisco, comentando las
Escrituras, defendió el rol social de la Iglesia al sostener que Jesús de
Nazaret no quería "ofrendas" sino que "el oprimido sea
socorrido, que se haga justicia al huérfano, que se defienda a la viuda" y
a los últimos y pobres.
Asimismo, el obispo de Roma ha
defendido que la fe debe "mantener vivo un sentido crítico" contra
los nacionalismos y la xenofobia, retomado un pasaje de su encíclica
"Fratelli tutti" (2020): "Todavía hay quienes parecen sentirse alentados o al menos
autorizados por su fe para sostener diversas formas de nacionalismos cerrados y
violentos, actitudes xenófobas, desprecios e incluso maltratos hacia los que
son diferentes. La fe, con el humanismo que encierra, debe mantener vivo
un sentido crítico frente a estas tendencias, y ayudar a reaccionar rápidamente
cuando comienzan a insinuarse", recordó, como dejó escrito en su
encíclica.
El Pontífice, que rezó de pie
pese a sus problemas de rodilla ante el lugar en el que se cree que fue
decapitado San Pablo, agradeció la presencia de algunos representantes de otras
ramas cristianas como del arzobispado anglicano de Canterbury o del Consejo
Panucraniano.
Fuente: Ecclesia






