9 - Enero. Lunes de la I semana del Tiempo Ordinario
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Evangelio según san Marcos 1,
14-20
Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el
de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las
redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca
con los jornaleros y se marcharon en pos de él.
Comentario
Convertíos y creed la buena
noticia
Estamos en los comienzos de la
predicación de Jesús, de la predicación del “evangelio de Dios”, es decir, de
las buenas noticas que nos quiere ofrecer para iluminar nuestra vida y llenarla
de sentido. Sabemos que todas sus buenas noticias se resumen en una, de la cual
se derivan todas las demás: el anuncio del Reino de Dios.
Jesús nos comunica que Dios no se
conforma con ser nuestro creador, quiere ser nuestro Rey y Señor, porque sabe
que es algo muy bueno, lo mejor para todos nosotros. Se ofrece a ser nuestro
Rey y Señor, quiere que le dejemos reinar en nuestro corazón para que él guíe
nuestros pasos y encontrar así la felicidad deseada. Sabiendo que este Rey y
Señor quiere ejercer su reinado no como un tirano sino como un buen Padre que
nos ama entrañablemente. Rey y Padre se unen en él. Bien sabe Jesús que a las
puertas de todo corazón humano hay otras realidades que llaman y quieren reinar
en él: el dinero, el poder, el egoísmo… Pero son dioses y reyes falsos porque
nunca proporcionan la felicidad que ofrecen.
Vemos que Jesús, ya desde el
principio, quiere rodearse de colaboradores que prediquen y extiendan su buena
noticia del Reino. Se hizo el encontradizo con Simón, Andrés, Santiago y Juan.
Les invitó a seguirle y a anunciar como él la llegada del Reino de Dios. Y los
cuatro “inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”.
Hoy Jesús nos invita a
preguntarnos quién es el Rey y Señor de nuestro corazón, quién manda y dirige
nuestra vida. Conocemos la respuesta que le gustaría oír.
Fuente: Dominicos