¿Cómo leerla? ¿qué son los apócrifos?: la catequesis desenfadada que impulsa la ACdP
![]() |
Antonio María Domenech, Jesús Silva y Patxi Bronchalo analizan cómo leer correctamente la Biblia y qué libros se saltan los protestantes. |
En él, Bronchalo y sus compañeros
Jesús Silva y Antonio María Domenech reflexionan sobre cómo leer
e interpretar la Biblia, qué son los libros apócrifos y cuál es su corazón.
Estas son las ideas principales
del episodio:
¿Por qué algunos libros forman
parte de la Biblia y otros no?
"Las propias comunidades
cristianas discernían qué escritos contenían aquello que coincidía con la
tradición oral que habían recibido y cuáles no", explica Silva,
y señala que algunos de los libros que quedaron fuera incluyen
afirmaciones propias de sectas como los docetistas, los ebionitas o
los gnósticos.
Por otro lado, en el Antiguo
Testamento -explica Silva- hay libros escritos en griego, en hebreo y en
arameo, y los judíos se quedaron solo con los escritos en hebreo, que son
los incluidos en la Torá. (Habría sucedido tras la destrucción del templo
de Jerusalén en el año 70 d.C., en el -debatido-
Concilio judío de Jamnia).
Y añade: "Los protestantes
también sacan estos de la Biblia, porque entienden que no son la Biblia
original… y también porque algunos hacen alusión al purgatorio, la
confesión o la justificación por las obras, temas de los que no les interesa
que se hable".
Entonces, ¿qué son los libros
apócrifos?
Aquellos libros que se refieren a
los mismos temas que los libros canónicos, pero que no están dentro del
canon, reciben el nombre de "apócrifos". "No son libros que el
Papa tiene guardados y no quiere que conozcas: los puedes comprar, están
en las librerías, y algunos dicen cosas muy bonitas, como milagros de Jesús
cuando era niño", empieza Bronchalo.
Y continúa Silva: "Sí,
o la existencia de san Joaquín y santa Ana, o los nombres de los Reyes Magos…
No son satánicos ni nada de eso, tienen cosas buenas, pero no se
consideran inspirados por el Espíritu Santo".
Un consejo para leer la Palabra:
"Leerla"
A continuación, los tres curas
pasan a plantear consejos o actitudes que puedan ayudar a los fieles a profundizar
en la Palabra de Dios. ¿El primer consejo? "Leer la Palabra de Dios",
redunda Silva.
"Hay hermanos de otras
confesiones que nos llevan ventaja: a los evangélicos y protestantes les
pasa que, al no contar con los sacramentos, la Palabra es el elemento
base de su fe", explica el sacerdote, y pide aprender de este celo.
"No podemos anunciar lo que no conocemos, y desconocer la Palabra,
como decía san Jerónimo, es desconocer a Cristo",
añade.
Domenech añade a este consejo un
matiz: "Para descubrir que Cristo está presente en su Palabra, y que me
habla aquí y ahora, necesito dedicar tiempo y serenidad, silencio”, explica.
En concreto, recomienda coger la
Sagrada Escritura, invocar al Espíritu Santo y pedir algo concreto, y leer
la Palabra abierto a ver qué quiere decirte Dios en este momento. "A
veces buscamos lo que queremos oír, y ahí puede ayudarnos la ayuda de un
sacerdote o una persona sabia", apunta.
¿Cómo interpretar los pasajes más
oscuros?
Silva abre el melón: ¿cómo
interpretar la Biblia?
"No somos como las sectas,
que interpretan la Palabra de cero y se tiran versículos a la cabeza,
separados del conjunto", apunta Bronchalo. Así, Silva dice que la
Biblia muestra la "pedagogía" de Dios, y cómo va revelando la
verdad poco a poco a lo largo de la Historia.
La Biblia, ¿documento histórico?
"Eso viene de la
teología racionalista del siglo XIX, que busca vaciar de contenido todo
hecho trascendente o milagroso", responde Bronchalo, y añade que
"eso cae solo, porque sus frutos son dejar de creer en el perdón o
en la Eucaristía".
Patxi Bronchalo: "Señor,
Dios mío, te daré gracias por siempre".
Fuente: Religión en Libertad