La escritora y profesora universitaria contrapone el victimismo feminista a la Virgen y las santas
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María Calvo es profesora universitaria y autora de diversos libros sobre temas educativos y defensa de la equidad entre el hombre y la mujer |
Sexo sin límites, odio a la biología y criminalización de la
familia: es la síntesis de las tres propuestas con que el feminismo ha
ido calentando motores a lo largo de las últimas semanas. Una agenda que este 8 de marzo será nuevamente
promovida por las élites y administraciones de todo el mundo. ¿Podría el
feminismo revolucionario estar yendo hoy directamente contra la mujer? ¿Y
si todo lo que dicen defender fuese una mentira?
Para María Calvo Charro, no cabe duda de que el
feminismo que tomará las calles este miércoles no solo no defiende a la mujer,
sino que de hecho la está "destruyendo".
Y no solo a la mujer. Hace años que esta escritora y profesora
universitaria alerta de cómo una supuesta deriva del actual feminismo -que a su
juicio nada tiene que ver con el de los orígenes- podría estar poniendo en jaque los fundamentos
de la misma civilización.
En sus libros ha defendido las diferencias biológicas entre los
sexos y alertado del "robo" de la masculinidad y de la paternidad.
También ha propuesto alternativas, como el retorno a la complementariedad entre
hombre y mujer o la puesta
en valor de la feminidad
creadora frente al feminismo depredador.
Pero a la hora de dar respuestas, para Calvo es necesario tomar
conciencia antes que nada de que la liberación que prometía el feminismo no
existe.
"Al afectar a lo íntimo, el feminismo nos ha ido desfeminizando. Nunca pudimos
imaginar que nuestra liberación [como mujeres] iba a implicar nuestra
destrucción", denuncia.
¿En qué consiste este borrado de la feminidad? Para ella, el
proceso comienza con el rechazo de la naturaleza de la mujer -"diseñada
para traer vida al mundo"- y su sustitución por un diseño artificial.
"Para que la mujer tenga valor social y éxito, se ha creado
un patrón en el que debe quedarse su vida para sí, ser autorreferenciada y que los hijos se configuren como
la tiranía de la procreación, como una carga o un problema cuya
solución es el aborto", explica.
"El feminismo está
destruyendo a la mujer"
En este sentido, no duda en afirmar que el feminismo del 8 de
marzo, lejos de defender a la mujer, "la está destruyendo".
María Calvo no es la única que observa este peligro. También lo
hacen colegas norteamericanas como Carrie Gress, que en su libro The
Anti-Mary exposed alerta de
cómo el feminismo está impactando negativamente en la mujer en aspectos como el suicidio, problemas psiquiátricos
o enfermedades de transmisión sexual.
La profesora universitaria coincide en que la conexión entre estas
afecciones y el feminismo "es total". Algo que se debería, entre
otros aspectos, a la deriva que supone no tener respuesta a la pregunta del "quién soy" y
con ella, "al aullido emocional más extendido de la sociedad".
La mujer le vale al 8-M
siempre que no sea madre
La profesora de Derecho apunta directamente a que "el
feminismo nunca se ha ocupado de la maternidad". Admite que puede haber
cosechado logros en el desarrollo educativo o en la promoción laboral,
"pero cuando una
mujer que trabaja en cualquier ámbito es madre, encuentra las grietas del
sistema".
"La mujer vale para el feminismo en tanto en cuanto no sea
madre. Una vez lo eres, no puedes con todo y no hay medidas al respecto. La única medida que ofrecen es el
aborto", explica. Algo que le lleva a asegurar con rotundidad que el
feminismo "ofrece la destrucción de la mujer y no la liberación".
En otras ocasiones, ha explicado cómo los planteamientos del
feminismo están erosionando los fundamentos de Occidente, lo que plantea
también ante las incongruencias de esta doctrina, como su silencio ante los delitos
sexuales cometidos por
delincuentes no occidentales o los matrimonios forzosos en países
islámicos.
"Quizá no hace hincapié en ello porque no están relacionados con nuestra
civilización y lo que quieren es socavar sus bases, que es Grecia y el
cristianismo", plantea.
¿Existe un buen feminismo… o
solo el abortista?
De hecho, para Charro, el feminismo abortista "no es feminismo". En su
opinión, existe un feminismo deseable pero que en nada se asemeja al que se verá
hoy en televisión.
"Feminismo es la defensa de la feminidad. Y de los derechos
de la mujer, pero desde su plena naturaleza, lo que abarca también la
maternidad. Si defiendes el
aborto, los cambios de género o la congelación de óvulos, eso no es feminismo",
explica.
¿En qué consiste su propuesta? Explica que, en puridad, el
feminismo consiste en la defensa
de la mujer y con ello, "de todo lo que abarca: la cultura, pero
también de la naturaleza, de la familia, de la complementariedad con el hombre
o de que cuando tengo hijos y no pueda o no quiera trabajar, pueda no hacerlo.
También que podamos ser libres
para tener hijos y seguir teniendo un trabajo o ser capaces de
introducir al varón en nuestra vida", enumera.
Se refiere también al papel del hombre, que lejos de lo que se
plantea, "no es excluyente". Hoy, dice, se presenta al varón
"como prescindible y perturbado". Algo que no solo "es
mentira", sino una perversión que atenta "contra la inmensa mayoría de hombres que
son imprescindibles en el hogar".
Madres, esposas y
trabajadoras frente al feminismo liberticida
Calvo apunta contra el feminismo ideologizado y propone hacer
frente de forma directa a una
"mística" que ha "engañado a las mujeres" convenciéndolas
de que para tener éxito o autoridad "tienen que someterse a un patrón, a
un molde y a un mantra social".
"La mujer tiene que ser lo que quiera ser. Yo reivindico el feminismo de que
quiero ser casada, profesional y tener hijos. Hay muchas mujeres engañadas
a las que obligan a ser un modelo de mujer, pero deberían plantearse si quieren
ser así o ser ellas mismas y ejercer plenamente su libertad", destaca.
La familia es el principal ariete de esta oposición, "y el
hombre no es un problema, sino la solución". Con todas sus imperfecciones,
"el matrimonio da una libertad inmensa en la medida en que aceptamos y
reconocemos al varón, le damos entrada y no le vemos como un perturbado".
De lo contrario, se asiste al fenómeno de la mujer sola y esclava,
"sometida a las pasiones, los placeres y narcisismos. La mujer, para ser libre, necesita
vínculos y uno de los que da más libertad es el matrimonio".
Frente al victimismo
feminista, el antivictimismo de las santas
Nuevamente coincide con Gress yThe Anti-Mary Exposed,
al asombrarse de la "ignorancia" del feminismo que ataca a la
Iglesia. Particularmente a la Virgen María, "un personaje absolutamente modélico y disruptivo que se juega la
vida y en un contexto donde la ley le habría condenado a muerte y que
en pleno embarazo sigue trabajando, implicada en el desgaste físico del hogar. Se equivocan si piensan que la
Virgen era una persona sometida y subordinada al patriarcado".
Se refiere, por último, al carácter de los santos o de la misma
Virgen María, "personajes que no interesan al feminismo y su tendencia a
hacerse las víctimas e infantilizar a las mujeres. Las grandes santas eran mujeres antivictimistas que
practicaban el esfuerzo, la fortaleza y la seguridad en sí mismas. Y
eso no interesa", concluye.
Fuente: Religión en Libertad