Según el primado anglicano, Justin Welby, el Papa «mira dentro del corazón del hombre y encuentra formas de amar que pueden desbloquear las partes endurecidas del corazón»
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Foto: AFP/Philippo Monteforte |
Sabéis que el deber del cónclave
era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo
casi al fin del mundo». El Papa Francisco sorprendió ya desde sus primeras
palabras, al presentarse como Obispo de Roma. Una de las interpretaciones es
que con esta elección subrayaba su interés por el diálogo ecuménico, pues es
este apelativo el que justifica su condición de primado entre las distintas
iglesias cristianas y, en cierta medida, su carácter como rostro visible del
cristianismo.
Al cumplirse diez años de aquella
fumata blanca, los distintos representantes de las confesiones cristianas han
querido unir sus voces para felicitarle. Bartolomé, patriarca ecuménico de
Constantinopla, ha subrayado esta misma idea al felicitar a «mi amado hermano»
con ocasión del décimo aniversario de «su elección como primer obispo de
nuestra Iglesia hermana de Roma».
Ha rescatado de esta década
«nuestra amistad y nuestra colaboración, especialmente en el ministerio de
llevar consuelo y paz a todo el pueblo de Dios y en el mandato de promover el
cuidado de toda la creación de Dios». Prioridades compartidas que «nos han
acercado». «Apreciamos las prioridades de tu liderazgo», ha continuado,
destacando también su «prudencia». «Personalmente, no veo el momento de
compartir los próximos pasos de tu bendito camino, mientras nos aproximamos a
la conmemoración histórica y a la celebración extraordinaria del primer
Concilio de Nicea», en 2025 y que coincide con un Año Santo.
Aportación en tiempo de guerra
Aunque profundamente enemistado
con Bartolomé, también el patriarca de Moscú y primado de la Iglesia ortodoxa
rusa, Cirilo, ha coincidido en hacer llegar su felicitación y buenos deseos a
Francisco. «En las actuales y difíciles circunstancias, haces una contribución
significativa a la predicación del Evangelio de Cristo y prestas atención al
desarrollo de las relaciones interreligiosas». Este diálogo puede, en la
compleja situación actual, «conllevar buenos resultados».
Cuando conoció a Francisco, el
primado de la Comunión Anglicana, Justin Welby, se encontraba «muy nervioso».
Curiosamente, Welby había sido entronizado el 21 de marzo de 2013, solo dos
días después que Francisco. Dos o tres meses después se produjo ese encuentro.
«Nunca me había encontrado con un Papa, no sabía qué pensar, no sabía qué tipo
de persona sería». Cuando entró y se sentaron, Welby al principio se asustó al
oírle «soy mayor que tú». Pero enseguida añadió que «por dos días».
«Ese comienzo me reveló mucho»
sobre él. Luego ha seguido experimentado «su humanidad extraordinariamente
profunda», que «no compromete la verdad y que atribuye a cada ser humano un
valor infinito. Muchos lo dicen, yo lo digo, pero él lo vive». Otro aspecto que
ha señalado Welby es «una notable apertura en la aproximación a la verdad.
Busca mirar los problemas a través de una lente distinta». Al hablar con él de
las cuestiones a las que debe enfrentarse la Iglesia, «él mira dentro del
corazón del hombre y encuentra formas de amar que pueden desbloquear las partes
endurecidas del corazón». Por último, ha concluido que «la sencillez que
aparenta es una sencillez genuina».
«Puentes de fraternidad»
También desde fuera del
cristianismo han llegado las felicitaciones para Francisco. Como no podía ser
menos, una de las principales ha sido la de su «querido amigo y hermano» el
gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, su principal colaborador en la promoción de la fraternidad
humana. «Agradezco con orgullo su ilustre camino durante los últimos diez
años, durante los cuales quiso construir puentes de amor y fraternidad entre
todos los seres humanos, y su incansable esfuerzo por promover los valores de
la fraternidad humana y establecer el diálogo entre los seguidores de las
religiones como base para lograr la paz que todos anhelamos».
En un mundo «lleno de desafíos,
conflictos y dificultades en todos los niveles morales, económicos y sociales»,
es «grande la responsabilidad de los líderes y de una figura emblemática
consecuente como tú para aliviar el sufrimiento del pueblo y de los oprimidos».
Por eso, pide a Dios que «bendiga tus esfuerzos en la búsqueda de la paz y que
nos ayude» a «cumplir con nuestro deber religioso y moral».
En representación del judaísmo,
el rabino jefe de la sinagoga de Roma. El número diez, ha escrito, es
«simbólico, la base de nuestro sistema de contar, son los diez dedos de la
mano». Pero «para un estudioso de la Biblia, recuerda a los diez mandamientos,
a las diez palabras fundamentales con las que se creó el mundo», así como las
rebeliones del pueblo de Israel en el desierto. En esta fecha significativa,
«mi deseo para el Papa Francisco es que continúe teniendo tanta salud, tanta
fuerza y sobre todo que tenga sabiduría y continúe guiando a su comunidad con
la fuerza y la sabiduría que ha tenido hasta ahora».
María Martínez López
Fuente: A lfa y Omega