La única respuesta ética que defienda a la sociedad, a las mujeres jóvenes y a los niños es la absoluta prohibición en todo el mundo
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Quince razones por las que el vientre de
alquiler debe ser ilegal en todo el mundo, como la esclavitud o el tráfico de
órganos
1. "Es tráfico de bebés" y no se parece a la adopción
No se parece a la
adopción,
que busca una solución a un bebé que ya hay. Se contrata a una mujer para que
engendre o geste el bebé y hay un contrato con condiciones por medio. El contrato le da un sentido
de compra-venta innegable.
2. Ser "paridora a sueldo" no
es ético
Hay riesgo físico y
psíquico para la gestante y también para el bebé engendrado en
estas técnicas tecnológicas especialmente arriesgadas... y lo que mueve este
riesgo es un negocio, dinero.
No
es ético pedir a una joven que arriesgue su cuerpo y salud por este negocio.
Muchas veces son madres jóvenes que ya tienen otros niños pequeños... niños que ven a su madre
arriesgarse en algo inmoral y peligroso.
3. Los bebés en "limbos"
pueden ser objeto de tráfico, también de órganos
Si
una pareja contratante
decide que no quiere quedarse el bebé que ha encargado en el Tercer
Mundo, ¿quién se queda el bebé? Ese bebé nació por un encargo, para producir un beneficio económico...
y en países del tercer mundo la "empresa" (o el entorno de la
gestante) puede intentar lograr el beneficio vendiendo el bebé a otros usos.
4. Hay riesgos extra en la salud, como
en una donación de órganos
Un cuerpo femenino no está diseñado para llevar un embrión que no sea engendrado por la mujer misma. Trata al embrión implantado artificialmente (el que quieren los compradores, supuestamente rubio, alto, listo, etc...) como un cuerpo extraño, el sistema inmunológico intenta rechazarlo. Hay que dar dosis de hormonas y medicamentos muy fuertes. Hay más riesgo de preeclampsia, hipertensión, diabetes... También los niños tienen más riesgos a largo plazo.
5. A las gestantes no se las informa
bien; las pobres lo aceptarán todo
Incluso
si a una madre gestante se le informa de los riesgos, puede tender a valorarlos
como menos graves o probables de lo que son en realidad, porque en realidad necesita el
dinero y correrá los riesgos que sea.
Pero
la sociedad internacional no permite la compra-venta de órganos precisamente
por eso mismo: los pobres,
por dinero, siempre estarían incentivados a arriesgarse para
satisfacer a los ricos...
6. No permitimos la compra-venta de
órganos ni en casos de vida o muerte...
La
sociedad internacional es justamente estricta contra el negocio de la
compra-venta de órganos: no la permite ni siquiera para salvar a alguien que se
esté muriendo. Pero hay países que sí permiten poner en riesgo a gestantes y
crear todo un negocio alrededor cuando no es ni siquiera tema de vida o muerte, sino que simplemente
hay compradores que quieren comprar un bebé, o una parejita, o de una
característica especial, etc...
7. Va contra los derechos humanos
"Creo
que el vientre de alquiler es una violación de los derechos humanos. Le robas a
una mujer su dignidad, usas su cuerpo instrumentalmente, por contratos y
dinero... Es una violación de Derechos Humanos también para el niño, que ni siquiera tienen capacidad de consentir en
un contrato que van a nacer así..."
¿Quién representa o defiende el
mejor interés del bebé en gestación en un contrato de vientre de
alquiler?
8. Daña a madre e hijo rompiendo el
vínculo materno-infantil
"Fui
enfermera pediatra casi 20 años, hay algo llamado el vínculo materno-infantil, que es algo bueno. Pero en
la subrogación dicen que no importa. Al nacer el bebé, lo separan de la única
persona que ha conocido. Un
bebé solo sabe una cosa al nacer, nadie se lo ha enseñado: sabe quién es su
madre. Ha estado en su vientre 9 meses. No podemos decir que ese
vínculo no importa.
9. El niño, al crecer, sabrá que fue
comprado, un producto comercial
Los
bebés comprados en vientre de alquiler crecen, y aprenden que fueron encargados
como parte de un contrato, entregados y vendidos, adquiridos en un intercambio
económico.
"Su primera foto
es de cuando su madre de alquiler la entrega a los padres en la oficina de un
abogado donde
se finaliza el contrato y se le entregan 10.000 dólares". Esta persona ve la foto y se considera un
producto por encargo.
Además,
el niño al crecer se preguntará: ¿quién fue la mujer que me entregó? ¿Cuántos niños más como yo
gestó? ¿Quizá murió en un encargo posterior? ¿Quizá es muy pobre en un
país muy duro?
10. Al pasar el tiempo, la gestante
también quiere saber de los hijos que parió...
El
vínculo madre-hijo es muy fuerte, pasa el tiempo, la mujer quiere saber qué sucedió con los bebés que
entregó por dinero (o a veces por altruismo). ¿Están bien? ¿Los padres
que los adquirieron siguen juntos o ya se han separado? ¿Los seguirán queriendo? ¿No podría visitarlos? ¿No
podría retomar la relación y contacto con ellos, hacerles conocer sus abuelos,
familia, herencia...?
11. No existe el "derecho a tener
un hijo"
Los Derechos Humanos recogen el derecho de los niños a crecer con sus padres, pero no existe ningún "derecho a tener hijo" ni a "adquirir hijo", ni a poner en riesgo el cuerpo y la salud de otra mujer para que conseguir un hijo.
12. Los contratos de subrogación crean
esclavas por 9 meses
Lahl
lleva años leyendo y estudiando los contratos de subrogación de Estados Unidos: "la mujer es una esclava
durante 9 meses". El contrato establece lo que come, cuánto se
puede mover, si puede viajar, sus relaciones sexuales, su perfume... Un
contrato puede pedir que la
mujer muestre toda su historial médico, sin privacidad. Hay una
dominación total y absoluta.
13. Es una industria movida por
dinero... y por dinero hará lo que haga falta
Enriquecerse
es una buena motivación para todo tipo de engaños y abusos que luego se han de
tapar. Y la industria del vientre de alquiler es eso: un negocio, que usará el marketing, abogados y publicidad
para tapar sus trapos sucios.
Eso
sucede en cualquier sector empresarial... pero aquí el negocio, la mercancía dañada, son bebés por
encargo y mujeres jóvenes en riesgo.
14. Una sociedad de divorcio fácil,
frecuente... que compra niños
Pareja
muy maja, rica, quizá famosa, encarga bebé (o gemelos, o dos pares de gemelos)
y asegura a las gestantes
(siempre invisibles, pobres y lejanas) que los bebés estarán muy bien. Luego se
separan, se pelean, se reparten los bebés como productos... bebés que una
mujer pobre gestó porque ellos pagaban.
15. El cliente quiere devolver la
mercancía... ¿qué dice el contrato?
Los
compradores querían un
niño... y salieron gemelos. O querían de un sexo y salieron de otro. O el
niño tiene un pequeño defecto físico... y lo rechazan. O los compradores,
durante los 9 meses, se han divorciado, y ya no quieren el bebé. O uno lo
quiere y otro no y la gestante ve que los bebés no tendrán el hogar unido y hermoso
que le dijeron. Las combinaciones son muchas... y todo nace del concepto de que
lo niños son productos de compra-venta,
que se encargan y eligen por catálogo y se desechan por defectos de
producción o entrega.
Jennifer
Lahl insiste: no existe la gestación subrogada buena, ni altruista, ni en casos
particulares... la única
respuesta ética que defienda a la sociedad, a las mujeres jóvenes y a los niños
es la absoluta prohibición en todo el mundo.
Fuente: ReL