Antes del rezo del Regina Coeli en este Tercer Domingo de Pascua, el Papa Francisco alentó a los fieles a releer la propia historia con los ojos de Jesús y propuso un modo concreto para hacerlo cada día
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El Papa Francisco en el Regina Coeli de este domingo. Crédito: Youtube / Captura de video Vatican Media |
Ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro en el
Vaticano, el Santo Padre ofreció una reflexión sobre el Evangelio que hoy narra
el encuentro de Jesús
resucitado con los discípulos de Emaús que, “resignados por
la muerte del Maestro, el día de Pascua deciden dejar Jerusalén y volver a
casa”.
El Papa Francisco resaltó que los
discípulos se encuentran con Cristo y “mientras caminan, Él los ayuda a releer
los hechos de un modo distinto, a la luz de las profecías, de la Palabra de
Dios, de todo aquello que ha sido anunciado al pueblo de Israel. Releer es lo
que Jesús hace con ellos”.
“De hecho también para nosotros es
importante releer nuestra historia junto a Jesús, la historia
de nuestra vida, de un cierto periodo, de nuestras jornadas, con las
desilusiones y las esperanzas”.
Tras señalar que el Evangelio de hoy
alienta a cada a uno a “contarle todo a Jesús” con sinceridad y sin vergüenza
alguna, el Santo Padre destacó que “el Señor se pone contento cuando nos
abrimos a Él, solo de este modo puede tomarnos de las manos y volver a hacer
arder el corazón”.
El Papa Francisco precisó luego que
“hay un modo bello de hacer esto y hoy quisiera proponérselos: consiste en
dedicar un tiempo, cada noche, a un breve examen de conciencia”.
“Se trata de
releer la jornada con Jesús, releer mi jornada: abrirle el corazón, de poner
ante Él las personas, las opciones, los miedos, las caídas y las esperanzas,
todas las cosas que han sucedido, para aprender gradualmente a mirar las cosas
con ojos distintos, con sus ojos y no solo con los nuestros”.
De este modo, continuó el Santo Padre, lo que
parece complicado “se ve bajo otra luz: una cruz
difícil de abrazar, la decisión de perdona ante una ofensa, una venganza
fallida, la fatiga del trabajo, la sinceridad que cuesta, las pruebas de la
vida familiar nos pueden hacer ver una nueva luz, la luz de Cristo resucitado,
que sabe hacer de cada caída un paso hacia adelante”.
“Pero para hacer esto es importante bajar las defensas: dejar tiempo y espacio a Jesús, no esconderle nada, llevarle las miserias, dejarse herir por su verdad, dejar que el corazón vibre con el soplo de su Palabra”.El Papa Francisco subrayó también que “podemos comenzar hoy, dedicar un momento de oración esta noche, durante el cual nos preguntemos: ¿Cómo ha estado mi jornada?”.
“Que María la Virgen sabia, nos ayude
a reconocer a Jesús que camina con nosotros y a releer –aquí la palabra: releer
– delante de Él cada día de nuestra vida”, concluyó.
Fuente: ACI
Prensa