Da gracias a Dios por lo que te ha transmitido a través de tu padrino y tu madrina de Bautismo y de Confirmación y ofréceles -ahora tú- ayuda espiritual
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TATJANA SPLICHAL | DRUŽINA |
Los padrinos de
Bautismo acompañan en la celebración del sacramento con el que se inicia la
vida cristiana.
También está el padrino o la madrina
de Confirmación, que presenta a su ahijado/a al obispo o sacerdote que
confirma.
Ser padrino no es tan fácil como
podría parecer a primera vista. Ciertamente no se trata solo de elegir un
buen regalo. No, su tarea es mucho más exigente. Después de los
padres, los padrinos son los primeros en mostrarnos un ejemplo de fe.
Pero
dado que nuestros padrinos también son personas que pueden cometer errores y
caer en tentaciones, es correcto «proporcionarles» la mejor ayuda para ellos:
nuestra oración para que, con la ayuda de Dios, sean un brillante ejemplo de
fe.
Oración
Dios mío:
Mis padrinos me acompañaron en mi
Bautismo portando encendido el cirio.
Mi padrino/mi madrina de Confirmación
estuvo a mi lado al recibir el sacramento
y puso su mano sobre mi hombro.
Me dio una sensación de seguridad y
solidez.
Te pido que les ayudes a ser personas
de fe y de bondad.
Ayúdales a descubrir la belleza de la
vida cristiana. Págales todo el bien que me hacen.
Finalmente, llévanos juntos al gozo
celestial.
Amén.
Parentesco espiritual
¿Qué
relación tienes con tu padrino, con tu madrina? La apertura hacia esa persona
que nos ha acompañado, el interés por lo que le preocupa y le alegra, la
cercanía y detalles personales de agradecimiento y afecto son maneras de
expresarle tu agradecimiento y tu amor.
Aunque
el derecho
canónico establece con detalle los requisitos para ser padrino
y aconseja que
el de Confirmación sea el mismo que el de Bautismo, poco dice sobre los
ahijados. ¿Tienen algún compromiso o responsabilidad con sus
padrinos?
Hace
años, la Iglesia calificaba su vínculo como un «parentesco
espiritual». El código de derecho canónico del 1917 lo señalaba entre
el padrino, el bautizado e incluso la
persona que bautizaba.
El
ahijado puede considerar su relación con sus padrinos como una relación
especial dentro de lo que el Catecismo llama
la «familia de Dios», esa comunidad que sigue a Jesús y trata de vivir como Él.
«El que cumpla
la voluntad de mi Padre celestial, este es mi hermano, mi hermana y mi madre».
Mt 12, 49
Valerija Trček - Patricia Navas
Fuente: Aleteia