Este mes de mayo, el Papa Francisco anima a rezar en todo el mundo para que los movimientos y grupos eclesiales “redescubran cada día su misión evangelizadora, poniendo sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo”
A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco ha valorado la
presencia de estas realidades de la Iglesia.
En el año 2007, durante un encuentro con los párrocos
de Roma, afirmó: “Si el Señor nos concede nuevos dones, tenemos
que agradecérselo aunque sean incómodos. Es bonito que nazcan sin una
iniciativa de la jerarquía”.
El Papa explicó que en cierto
sentido “nacen de una iniciativa ‘desde abajo’ —como se dice—, pero en
realidad, el nacimiento de nuevas formas de vida de la Iglesia, como ha sucedido
en todos los siglos, también responde a una iniciativa que viene ‘de arriba’,
es decir, de los dones del Espíritu Santo”.
En 2013, durante un encuentro con movimientos,
el Papa Francisco refirió que “en la variedad de los carismas, hemos
experimentado la belleza de la unidad, de ser una sola cosa”.
Durante su pontificado, también ha
tomado importantes decisiones sobre estas realidades, como la de limitar el mandato vitalicio de
sus dirigentes, salvo en el caso de los fundadores.
Esta decisión se
justificó en que “la falta de límites a los mandatos de gobierno fomenta formas
de apropiación del carisma".
Todo ello puede conducir “a graves
violaciones de la dignidad y la libertad personales, e incluso a verdaderos
abusos”, defendió el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
Pocos meses después de esta medida, el
Papa señaló que el “abuso de poder” es el
origen de muchos problemas en el seno de los movimientos.
Así, subrayó que “no pocas veces, la Santa Sede ha tenido que intervenir en los
últimos años, poniendo en marcha procesos de saneamiento que no eran fáciles”.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI
Prensa