Décimo noveno día: Explicación de las letanías
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| Aciprensa |
Vas spirituale
Vaso
espiritual. El título de Vaso espiritual de la Iglesia dado a María no le
conviene sólo relativamente al misterio de la Encarnación que se cumplió en
ella; le conviene también respecto de las gracias de las que es vaso admirable.
En efecto, María, habiendo sido premunida de todos los dones del Eterno desde
su concepción, estuvo llena de gracia antes que el ángel le anunciara los
designios del Altísimo sobre ella. Además, ¿qué tesoro de gracias
llegaría a ser, cuando puso sus cuidados, durante toda su vida, en aprovechar
los que ya había recibido? Por eso hay que convenir que de la misma manera que
sobrepasa a todas las criaturas en santidad, las supera también en gracias.
Vas honorabile
Vaso
honorable. Si el ostensorio, que sirve para exponer la Hostia consagrada
es un vaso tan honorable que no está permitido tocarlo sino a los sacerdotes y
a las personas consagradas a Dios, ¿María no es, con mayor razón, un vaso de
mayor honor, ya que el Verbo divino se encarnó en su seno, y quiso habitar en
él nueve meses?
Vas insigne
deotinis
Vaso insigne
de la devoción. La Iglesia compara a María con un vaso y la llama Vaso
insigne de la devoción, porque fue colmada de sentimientos de piedad, que
exhibió en todas las circunstancias de su vida, mostrando un fervor que
sorprendía en todo lo referido al culto y al servicio de Dios. En efecto,
su celo fue tan ardiente, que estuvo bien lejos de limitarse a la obligación
indispensable, aplicándose en buscar todas ocasiones de servirlo.
Finalmente, puso todas sus delicias en pensar en Dios, a buscar a Dios en todo
y a llevar todo hacia Él.
Ejemplo
San
Alfonso María de Liborio fue, a la vez, uno de los más ardientes propagadores
de la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María y uno de los más
santos obispos de su tiempo. Animado con una confianza sin límites, se
dirigió a ella en todas sus necesidades, y estaba seguro de obtener todo lo que
pedía por su intercesión. Igualmente le comlacía a María colmarlo con los
favores más señalados; confesó, la víspera de su muerte que ella se le aparecía
a menudo y le decía cosas admirables. Las obras que compuso en alabanza de la
Santísima Virgen, llenas de un fuego divino y de una unción conmovedora, dan
testimonio de su amor y del celo por ella.
Recurramos a María, ella nos concederá la verdadera devoción que consiste en el cumplimiento de todos nuestros deberes y en la aplicación de ser siempre agradable a Dios.
Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa
Fuente: ACI
Prensa






