Vigésimo día: Explicación de las letanías
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Aciprensa |
Rosa mystica
Rosa Mística. Como la Rosa
es, entre todas las flores, la flor que más gusta universalmente, tanto por su
tierno colorido cuanto por su agradable olor, y por esta causa pasa por reina
de las flores, de la misma manera María, llamada alegóricamente por la Iglesia
Rosa Mística, es la Reina de los ángeles y de los hombres, porque sobrepasa a
todas las criaturas, incluso a las más perfectas, por la explosión de su gloria
y por el mérito de sus sublimes virtudes.
Turris Davidica
Torre de David. María es
comparada con la Torre de David, porque esta torre fue antiguamente el más
bello ornamento de Jerusalén por su elevada altura y por la belleza de su
estructura. María, igualmente, un edificio espiritual que es, después de Dios,
en la celeste Sión, el objeto más elevado y el más elevado por la bondad de sus
virtudes. En efecto, considerando la grandeza de su dignidad y de los méritos
preciosos de María, se comprende que la gloria de que goza en el cielo les sea
proporcional; y que todo debe ser incomparablemente grande en aquella que según
Agustín es la obra del eterno consejo, en tanto que, san Epifanes llama
misterio del cielo y de la tierra
Torre de marfil
Torre de marfil. Es en
la expresión del Espíritu Santo, que habla por el órgano de la Sabiduría,
que la Iglesia encontró la comparación que se hace de ella, a una torre de
marfil. En efecto; por que si comprendemos el sentido figurado, comprenderemos
que Salomón escuchó alabar la pureza a María, cuyo brillo y cuya blancura no
sólo entran claramente en comparación cola del marfil sino que la supera
infinitamente.
Ejemplo
El nacimiento de San Luís Rey de Francia, se debió a María Madre de Dios y a la devoción del Santo Rosario. La piadosa Reina Blanca de Castilla, que fue la madre de este santo rey, lloraba largo tiempo su esterilidad. Santo Domingo, que vivió en la misma época, le aconsejó recurrir a la Santísima Virgen y que practicara el rezo del santo Rosario, y que obligara a las personas más devotas del Reino de hacer frecuentemente en su nombre este homenaje, y le hizo esperar el fruto de bendición de deseaba, por la protección de la Madre de Misericordia. Blanca siguió el consejo con felicidad y fidelidad. En virtud del santo Rosario y de la piedad de la virtuosa princesa obtuvieron pronto el efecto deseado. Tuvo un hijo, y en su hijo un rey, que puso la santidad sobre el trono, que consagró su corona por todas las virtudes cristianas; en una palabra, llevó a su tumba la vestidura de la inocencia bautismal, enriquecida por todos los méritos que hacen los santos y a los grandes santos.
Fuente: ACI Prensa