Vigésimo séptimo día: Explicación de las letanías
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Aciprensa |
Regina sine labe originale
concepta
Reina concebida sin pecado
original. Amadísimos hermanos, dice Bossuet, ¿que les parece? ¿Qué piensan
de esta doctrina?... Para mí, cuando considero al Salvador jesús, nuestro amor
y nuestra esperanza, entre los brazos de la Santísima Virgen o tomando su leche
virginal, o reposando dulcemente en su seno, o encerrado en sus castas
entrañas. Cuando miro lo incomprensible así encerrado y esta Inmensidad
como resumida, cuando veo a mi Liberador en esa estrecha y voluntaria prisión,
me digo algunas veces: ¿Se podría hacer que Dios abandonara al diablo, aunque
no fuese sino un momento ese templo sagrado que destinaba a su Hijo, ese santo
tabernáculo, donde tomó un largo y admirable reposo, ese lecho virginal, donde
celebró sus nupcias del todo espirituales con nuestra naturaleza? Es de esta
manera que hablo conmigo mismo. Luego, volviéndome hacia el Salvador; Niño
bendito, redigo, no sufras más, no permitas que tu Madre sea violada! ¡Ah si
Satán osara abordarla, mientras que, permaneciendo en ella, haces un paraíso,
cuántos rayos harías caer sobre su cabeza! Con qué celo defenderías el honor y
la inocencia de tu Madre. Pero ¡Oh Niño bendito!, por quien los siglos fueron
hechos, tu estás antes de todos los tiempos. Cuando tu Madre fue concebida, la
miraste desde lo más alto de los cielos; tu mismo formaste sus miembros, fuiste
tu quien le dio el soplo de vida, que animó esa carne de la que saldría la
tuya. ¡Ah! date cuenta, Sabiduría eterna, que en este mismo momento, va a ser
infectada con un horrible pecado; va a ser la posesión de Satán. Desvía está
desgracia por tu bondad, comienza por honrar a tu Madre, haz que le aproveche
tener un Hijo que está antes que ella, porque finalmente, bien entendido todo,
ella ya es tu Madre y tú ya eres su Hijo.
Ejemplo
El célebre Alejandro de Halès,
que fue una de las lumbreras de la Universidad de París, experimentó, en su
persona misma, el interés que la Santísima Virgen tiene en la gloria de su
Inmaculada Concepción. Ese gran teólogo, siendo doctor y profesor en París, no
se preocupaba por celebrar esta fiesta, porque tenia sus duda acerca de la
verdad del misterio de la Concepción inmaculada; pero Dios permitía que cada
año, el ocho de diciembre, día de esta fiesta, cayera enfermo y que sufriera
grandes dolores. Esto, habiendo ya ocurrido varios años seguidos, fue percibido
por sus alumnos como una circunstancia singular, ya que coincidía siempre cada
año el mismo día; le aconsejaron abrazar la firme creencia en el misterio de la
la Concepción pura y sin mancha de la Madre de Dios. Se resolvió a ello, e hizo
el voto que si el Señor le concedía la gracia de librarlo de esta enfermedad
anual, escribiría un libro en honor de la Inmaculada Concepción. Este voto
detuvo inmediatamente el curso de sus enfermedades. Toda la Facultad de Paris,
que fue testigo, se alegró de la salud de su maestro; satisfizo su promesa y
compuso una obra en honor de la Santísima Virgen. Se empeñó, particularmente,
en sostener el privilegio de su santísima concepción; relató el prodigio
ocurrido a su persona; finalmente, se retracto de todo lo que pudo decir o
escribir en contra de ese glorioso misterio de María concebida sin pecado.
Conservemos nuestro corazón puro, o purifiquémosle mediante la penitencia, si hemos tenido la desgracia de ofender a Dios; ganaremos así el Corazón de la Virgen Inmaculada.
Traducido del francés por José Gálvez Krüger para Aci Prensa
Fuente: ACI Prensa