Es posible que cuando Jesús predicó su ejemplo de que "una ciudad en lo alto no se puede esconder" lo hiciera señalando Sussita
![]() |
Ruinas de Sussita o Hippos, junto al Mar de Galilea, a 30 km de Nazaret... ahora se pueden visitar |
A dos kilómetros al sur del Mar de Galilea, en una colina sobresaliente a 350
metros por encima de sus aguas, está la ciudad griega de Hippos, que la
población de lengua aramea llamaba Sussita (que significa lo mismo,
"caballo", aunque en femenino).
Es posible que cuando
Jesús predicó su ejemplo de que "una ciudad en lo alto no se puede
esconder" lo hiciera señalando Sussita, o teniéndola de fondo.
También es posible que no entrara nunca en ella, porque en la época de Jesús,
los judíos piadosos evitaban el lugar, que tenía templos paganos, gimnasios, baños
y todas las cosas propias de la vida pagana griega. Pero no había duda de que
la veía y conocía: estaba a unos 30 kilómetros de Nazaret.
Hippos era una de las diez
ciudades de población griega al este del Jordán, la federación llamada
Decápolis. La fundaron griegos seleucidas. Comercialmente, era rival de
Tiberíades, la ciudad de población judía y galilea al otro lado del lago.
Esta rivalidad estalló con violencia en la Guerra Judía del 66 al
70 que llevaría a la destrucción del Templo de Jerusalén. El historiador Flavio Josefo escribe que los
griegos de Hippos atacaron a la población judía de su entorno, y que
participaron en el ataque contra Magdala y otros lugares del Mar de
Galilea.
Cuando hoy a los visitantes del Centro Magdala les
muestran la extraña barricada hecha con columnas a la entrada de las ruinas de
la sinagoga, pueden imaginar que buscaba defenderse de los griegos llegados
desde Hippos.
Ahora se puede visitar:
historia y vistas
La novedad ahora es que desde esta primavera de 2023 Sussita puede
visitarse con todas las comodidades de un Parque Nacional, mostrando sus magníficas
ruinas y una vista
espectacular del hermoso Mar de Galilea y sus alrededores.
El yacimiento permite contemplar restos romanos y bizantinos. La ciudad parece que tardó en
cristianizarse, pero sabemos que tenía un obispo al menos en el año 359.
Unos tres siglos después, fue conquistada por los musulmanes en el año 641. A
los cristianos se les permitió mantener el culto pagando fuertes tributos y no
se derribaron sus iglesias, pero los arqueólogos han descubierto que las
imágenes de santos y de culto fueron cubiertas con una pasta de estaño y plomo.
La ciudad entró en decadencia, y un terremoto acabó de destrozarla en el 749, cuando se abandonó por
completo.
Los que visiten Sussita verán la plaza central de la ciudad, un
vasto depósito de agua en el centro del Foro, los restos de una magnífica basílica y el Odeón (un pequeño teatro
cubierto). El sitio también cuenta con los restos de ocho iglesias y se piensa que debían recibir
peregrinos cristianos ya en la antigüedad.
Edificios militares, ahora
para la cultura
Hippos está en la zona de frontera entre Siria e Israel demarcada
por Naciones Unidas, y tiene edificios de las fuerzas armadas israelíes, pero
ahora se han
reacondicionado para el turismo y la cultura: uno es un centro de
visitantes y ofrece una película con la historia antigua de Sussita, otro
ofrece datos sobre la Sussita actual y el cercano kibbutz de Ein Gev.
En los últimos 20 años, un equipo de la Universidad de Haifa
excava el lugar mientras la Autoridad de Parques Nacionales lo ha acondicionado
para abrirlo al público. Los visitantes de hoy, como los de la época de Jesús,
pasean por su antiguo Decumanus Maximus, su calle central, y acceden a todos
sus espacios.
Para el cristiano, puede ser especialmente evocador contemplar el Mar de
Galilea desde esta altura e imaginar a Jesús y sus Apóstoles recorriendo
su orilla a pie, o cruzándolo en sus barcas.
(Publicado
originariamente en la web de Fundación Tierra
Santa; con fotos de Yoav Palma)
P.J.Ginés /
Tierra Santa
Fuente: Religión en Libertad