El Santo Padre ha animado a los fieles en el Ángelus "a no detenerse por el miedo y solo a temer por desechar la propia vida buscando cosas de poco valor"
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Vatican News |
El Papa
Francisco ha realizado este domingo el rezo del Ángelus desde la
ventana del Palacio Apostólico del Vaticano ante centenares de fieles. El Santo
Padre ha indicado que en el Evangelio de hoy, Jesús repite tres veces a sus
discípulos: “No tengan miedo” (Mt 10,26.28.31). “El anuncio del Reino de Dios
es un mensaje de paz y de justicia, fundado en la caridad fraterna y en el perdón
y, sin embargo, encuentra oposición, violencia y persecución”. El Pontífice
añade que “Jesús, no obstante, nos dice que no temamos:
no porque todo irá bien en el mundo, sino porque para el Padre somos preciosos
y nada de lo que es bueno se perderá. Por eso nos dice que
no dejemos que el miedo nos detenga, sino que temamos otra cosa, una sola
cosa”.
“No desechar la propia vida”
“El verdadero miedo que hay que tener es el de desechar la propia vida”, explica. “No hay que tener tanto miedo a sufrir incomprensiones y críticas, a perder prestigio y ventajas económicas por permanecer fieles al Evangelio, sino a desperdiciar la existencia buscando cosas de poco valor, que no dan sentido a la vida”.
Francisco indica que incluso hoy, “uno
puede ser objeto de burlas o de discriminación si no sigue ciertos modelos de
moda, que, sin embargo, a menudo ponen en el centro realidades de segunda
categoría: cosas en lugar de personas, rendimientos en lugar de
relaciones”. Ha puesto como ejemplos a padres, que necesitan trabajar para
mantener a su familia, pero no pueden vivir solo para el trabajo, sino que
necesitan tiempo para estar con sus hijos. También a un sacerdote o a una
religiosa, que deben comprometerse en su servicio, pero sin olvidarse de
dedicar tiempo a estar con Jesús. “Aún más, pienso en un joven o una joven, que
tienen mil compromisos y pasiones: la escuela, el deporte, intereses varios, el
teléfono móvil y las redes sociales, pero necesitan encontrarse con personas y
realizar grandes sueños, sin perder el tiempo en cosas que pasan y no dejan
huella”.
Renuncia frente a ídolos y el consumismo
Añade que “todo esto conlleva cierta renuncia frente a los
ídolos de la eficacia y el consumismo, pero es necesario para no perderse en
las cosas, que luego se tiran. Pensemos en los últimos, a menudo tratados como
material de descarte y como objetos no deseados. Permanecer fiel a lo que
importa es costoso; cuesta ir contracorriente, liberarse de los
condicionamientos del pensamiento común, ser apartado por los que “siguen la
moda”. Pero no importa, dice Jesús: lo que cuenta es
no desperdiciar el mayor bien: la vida. Solo esto debe asustarnos”.
Fuente:
Ecclesia