6 – Junio. Martes de la IX semana del Tiempo Ordinario
Misioneros digitales católicos MDC |
Evangelio según san Marcos 12,
13-17.
Le envían algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?».
Adivinando su hipocresía, les replicó: «¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea».
Se lo trajeron.
Y él les preguntó: «¿De quién es esta imagen y esta inscripción?».
Le contestaron: «Del César».
Jesús les replicó: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Y se quedaron admirados.
Comentario
El programa narrativo de los
evangelios se construye en parte sobre el creciente endurecimiento de corazón
de los que primero debían haber aceptado a Jesús. Vista con la perspectiva que
nos da ser lectores y espectadores con una cierta distancia y recorrido, su
actitud se nos antoja no solo necia sino hasta incomprensible. Sin embargo,
¿podemos decir, acaso, que nosotros no nos hemos comportado en ocasiones como
ellos? Dice Pablo en su Carta a los Romanos: “a ellos pertenece la adopción de
hijos y la gloria y la alianza y la legislación y el culto y las promesas” (Rm
9,4) ¿Cómo es posible que después de haber recibido tanto estén como ciegos
ante las palabras y las obras de nuestro Señor?
Es constante de toda la Sagrada
Escritura la afirmación de que, quien se cierra voluntaria y conscientemente a
la verdad, al Evangelio, cae en manos de una fuerza de engaño que le lleva a
creer en la mentira (Rm 11,8; 2Ts 2,11). La consecuencia es que la propia vida
se construye sobre unos cimientos que no existen y con una meta errónea. La
actitud de estos que se acercan a Jesús refleja bien esto. Hacen una alabanza
hipócrita y, al mismo tiempo, una pregunta capciosa. ¡Qué contraste entre la
verdad y la mentira!
“La verdad os hará libres” (Jn
8,32), “el que crea y sea bautizado se salvará” (Mc 16,16). Estas afirmaciones
nos muestran el camino. De los que se acercan a Jesús en el evangelio de hoy se
podría predicar la “impiedad e injusticia de los hombres que tienen aprisionada
la verdad en la injusticia” (Rm 1,18). Pero al final la verdad siempre se
impone y toda mentira será revelada como tal: “nada hay oculto que no vaya a
ser descubierto” (Mt 10,26). Esa verdad es y será juicio para los que amaron la
mentira y la injusticia. Aunque la verdadera actitud del corazón quede maquillada
por cuestiones de palabras, Dios sabe lo que hay ahí de verdad. Y según eso se
construye. Jesús nos muestra ese camino de Dios según la verdad, el camino que
lleva a la vida: “hijos míos, no amemos de palabra ni con la boca, sino con
obras y de verdad” (1Jn 3,18), como Jesús nos ha dicho y mostrado con su vida.
Juan Luis Caballero
Fuente: Opus Dei