6.6.23

EVANGELIO DEL DÍA

6 – Junio. Martes de la IX semana del Tiempo Ordinario

Misioneros digitales católicos MDC

Evangelio según san Marcos 12, 13-17.

Le envían algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta. 

Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?». 

Adivinando su hipocresía, les replicó: «¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea». 

Se lo trajeron. 

Y él les preguntó: «¿De quién es esta imagen y esta inscripción?».

Le contestaron: «Del César». 

Jesús les replicó: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». 

Y se quedaron admirados. 

Comentario

El programa narrativo de los evangelios se construye en parte sobre el creciente endurecimiento de corazón de los que primero debían haber aceptado a Jesús. Vista con la perspectiva que nos da ser lectores y espectadores con una cierta distancia y recorrido, su actitud se nos antoja no solo necia sino hasta incomprensible. Sin embargo, ¿podemos decir, acaso, que nosotros no nos hemos comportado en ocasiones como ellos? Dice Pablo en su Carta a los Romanos: “a ellos pertenece la adopción de hijos y la gloria y la alianza y la legislación y el culto y las promesas” (Rm 9,4) ¿Cómo es posible que después de haber recibido tanto estén como ciegos ante las palabras y las obras de nuestro Señor?

Es constante de toda la Sagrada Escritura la afirmación de que, quien se cierra voluntaria y conscientemente a la verdad, al Evangelio, cae en manos de una fuerza de engaño que le lleva a creer en la mentira (Rm 11,8; 2Ts 2,11). La consecuencia es que la propia vida se construye sobre unos cimientos que no existen y con una meta errónea. La actitud de estos que se acercan a Jesús refleja bien esto. Hacen una alabanza hipócrita y, al mismo tiempo, una pregunta capciosa. ¡Qué contraste entre la verdad y la mentira!

“La verdad os hará libres” (Jn 8,32), “el que crea y sea bautizado se salvará” (Mc 16,16). Estas afirmaciones nos muestran el camino. De los que se acercan a Jesús en el evangelio de hoy se podría predicar la “impiedad e injusticia de los hombres que tienen aprisionada la verdad en la injusticia” (Rm 1,18). Pero al final la verdad siempre se impone y toda mentira será revelada como tal: “nada hay oculto que no vaya a ser descubierto” (Mt 10,26). Esa verdad es y será juicio para los que amaron la mentira y la injusticia. Aunque la verdadera actitud del corazón quede maquillada por cuestiones de palabras, Dios sabe lo que hay ahí de verdad. Y según eso se construye. Jesús nos muestra ese camino de Dios según la verdad, el camino que lleva a la vida: “hijos míos, no amemos de palabra ni con la boca, sino con obras y de verdad” (1Jn 3,18), como Jesús nos ha dicho y mostrado con su vida.

Juan Luis Caballero

Fuente: Opus Dei


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