13 – Julio. Jueves de la XIV semana del Tiempo Ordinario
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Misioneros digitales católicos MDC |
Evangelio según
san Mateo 10, 7-15
Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis. No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento.
Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis.
Al entrar en una casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Si alguno no os recibe o no escucha vuestras palabras, al salir de su casa o de la ciudad, sacudid el polvo de los pies.
En verdad os digo que el día del juicio les
será más llevadero a Sodoma y Gomorra, que a aquella ciudad.
Comentario
El evangelio de
la misa de hoy nos muestra la misión universal del cristiano: predicar el
Evangelio.
Jesús nos
enseña que predicar el Evangelio incluye tanto las obras de misericordia
materiales como las espirituales. No solo es resucitar a los muertos entendido
como buscar que todas las personas alcancen la vida eterna. Jesús también
quiere que busquemos mejorar las condiciones materiales de las personas
necesitadas: que cuidemos enfermos, limpiemos leprosos, etc… Nos recuerda que
debemos buscar mejorar las condiciones de vida de aquellos que sufren, debemos
buscar su bien material.
Pero Jesús no
se queda en un plano puramente material, sino que quiere que todo hombre
conozca el Evangelio, conozca Su mensaje. Cada cristiano está llamado a llevar
el mensaje de alegría del cristiano. El que busca a Cristo no necesita nada
más, es Cristo el que llena por completo las ansias de felicidad del hombre.
Cristo es la respuesta, él colma al hombre por completo.
Tantas veces,
nos aferramos a los bienes materiales. Intentamos tener siempre más. Ponemos
nuestra felicidad en las cosas materiales. Jesús nos recuerda que debemos
desprendernos de lo material para poder aferrarnos sólo a Él. En nuestra vida,
muchas veces prevalece el tener al ser. Y Jesús nos recuerda que, para cumplir
la misión de predicar el Evangelio, no necesitamos tener cosas, sino fiarnos de
Jesús al cien por cien.
Muchas personas
se encuentran desconsoladas por el sufrimiento y el dolor. El cristiano está
llamado a ayudar al que sufre. Pero también a mirar más arriba, a mirar a
Jesús, a mirar el Reino de los Cielos. Podemos pedirle a Jesús que nos transmita
y contagie el afán por evangelizar a los que nos rodean.
Pablo Erdozain
Fuente: Opus
Dei