La religiosa, canonizada por el Papa Francisco en 2016, murió el 5 de septiembre de 1997 en la India. Así vivió COPE el día de su fallecimiento
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"La gente no está sólo
hambrienta de pan, sino también de amor. La gente no sólo está desnuda por un
trozo de ropa, están desnudos de dignidad humana. La gente no es vagabunda por
no tener, es vagabunda por no ser querida y amada". Este testimonio
es uno de cientos que nos dejó en vida la Madre Teresa de Calcuta, fallecida el 5 de septiembre
de 1997 en la India, donde vivió la mayor parte de su vida. La fundación y
posterior expansión de la congregación de las Misioneras de la Caridad en
Calcuta o su preocupación y atención hacia los pobres, enfermos, huérfanos y
moribundos fueron los ejes de su acción como monja.
Tras su muerte, fue beatificada
por otro santo, San
Juan Pablo II, en 2003. Su canonización llegaría tan solo trece
años más tarde, ya por el Papa Francisco, después de que la Congregación para
las Causas de los Santos reconociera como extraordinaria la curación de un
brasileño enfermo en estado terminal.
Marí Cruz Soriano informa a la
audiencia de COPE la muerte de Teresa de Calcuta
Pero nos remontamos al 5 de
septiembre de 1997, cuando la religiosa partió de este mundo. Una jornada muy
triste para la Iglesia y para COPE. Fue la presentadora de ‘La Tarde’ en
aquellos años, Mari
Cruz Soriano, quien dio la noticia en medio del programa.
Una noticia que ya se esperaba
por aquellos días, pero no por ello menos dolorosa. Tenía 87 años: “Por los
auriculares me pasan la terrible noticia y aunque lo esperábamos no le resta un
ápice de dolor porque son personas que aparecen una vez en la vida. La
Madre Teresa de Calcuta acaba de morir. Se ha muerto la capacidad de
sacrificio, de darlo todo, de la renuncia a uno mismo. Personaje de esos
que son insustituibles”, comentaba Mari Cruz Soriano.
La anécdota de Gómez Borrero con
Teresa de Calcuta y el Papa Juan Pablo II
Pocos minutos después de
comunicarse su muerte, la noticia llegó al Vaticano. Allí se encontraba la
mítica corresponsal de COPE en Roma, Paloma
Gómez Borrero. En ‘La Tarde’, la periodista fallecida en 2017
informaba que Juan Pablo II ya había recibido la triste nueva.
“Se lo han comunicado al Santo
Padre, que ha ido a la capilla primada a rezar. Le tenía mucho afecto. Me
acuerdo volviendo de la India, donde habíamos estado en la casa de los
moribundos con la Madre Terea, tan arrugadita, tan emocionada de tener al Papa
en aquel lugar. Al volver le preguntamos al Santo Padre si Teresa Calcuta
sería alguna vez santa y nos contestó… ya lo es”.
Además, Gómez Borrero contó una
anécdota vivida con la hoy santa cuando la entrevistó en televisión: “Yo
recuerdo cuando le hice la primera entrevista cuando no era tan famosa y no
había recibido el Premio Nobel. Yo notaba que el cámara de televisión hacía
planos muy cortos hacia sus ojos, y cuando terminamos la entrevista, me dijo…
‘si no quieres ponerle voz no lo hagas, deja hablar a esos ojos”.
Como no puede ser de otra manera,
las reacciones a su muerte no tardaron en llegar, como la del por entonces
Arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, quien en
declaraciones a COPE remarcó que la Madre Teresa vivió del amor a Cristo: “Cuando
no se vive el amor desde Cristo, es un amor fragmentario. En el caso de la
Madre Teresa, volvemos a la fuente del amor”.
La Madre Teresa de Calcuta,
canonizada tan solo 19 años después de su muerte
Tal y como comentábamos
anteriormente, no pasó mucho tiempo desde su muerte para que Teresa de Calcuta
fuese beatificada. El Papa Juan Pablo II llevó a efecto la confesión que años
antes había hecho a la periodista Paloma Gómez Borrero, y la hizo santa. Fue
el 19 de octubre de 2003, ante la presencia de unas 300.000 personas en la
Plaza de San Pedro. Luego la canonizaría Francisco ante miles de fieles.
“La Madre Teresa, a lo largo de
toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia
divina poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa
de la vida humana, tanto de la no nacida como la abandonada y descartada”.
Por José Melero Campos
Fuente: Ecclesia






